La sequía está diezmando la población de titíes cabeciblancos. Ya no es solo la mano del hombre la que tiene en peligro de extinción a esta especie que fue declarada en riesgo en 1973, sino que la falta de frutos en los árboles y de agua en los humedales está matando a esta y otras especies en Atlántico.
La denuncia fue realizada por el alcalde de Piojó, Wílmer Jiménez, quien asegura que la autoridad ambiental ha sido impasiva, pese a que la ha notificado de la situación. “Es muy doloroso ver cómo mueren esos monos de hambre y sed. Ni la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA) ha tomado cartas en el asunto”, indicó Jiménez.
El mandatario advirtió que 150 especies de aves nativas de la región también están en peligro, y comenta que aparte de la sequía, los trámites administrativos también afectan a la naturaleza. “Cómo es posible que se demoren tanto tiempo para una licitación”, exclama en relación con los contratos necesarios para excavar pozos profundos y ejecutar acciones que mitigan los efectos de la sequía.
En Atlántico hay una importante reserva de esta especie, cuyos animales se estarían
viendo afectados por la sequía. / Foto: Cortesía Proyecto Tití Cabeciblanco