Miércoles, 16 Abril 2025

En lo que va corrido del año se han recuperado 8.300 especímenes y capturado a 1.553 personas por delitos contra la naturaleza, en más de 11.300 controles, señala la Policía Nacional. 

La semana pasada fue desarticulada la mayor red de comercialización de especies silvestres en Colombia. En la operación se lograron recuperar 83 animales, entre loros, tortugas, guacamayas, pavos, flamencos, tucanes y cigüeñas, entre otros, que eran extraídos de Cúcuta, Villavicencio, Bogotá y de algunos municipios de Cundinamarca y Tolima.

Durante el operativo realizado por la Policía, se logró establecer que muchos de estos especímenes eran sometidos a graves maltratos. A las aves, por ejemplo, les tinturaban el plumaje con colores fluorescentes para hacerlos más llamativos y facilitar su venta en el país. Incluso, algunas de estas especies eran comercializadas en México y Ecuador, por parte de éste grupo conocido como “Los Pajareros”. 

Según Joe García, Biólogo, especialista en Análisis de Gestión Ambiental y asesor de la Corporación Autónoma del Atlántico, en el caso del comercio internacional de especies “es más atractivo el tema de las pieles de animales, por ejemplo, el caso de algunos reptiles como babillas y boas. Y algunas aves que son muy vistosas como las guacamayas”, por lo que se trafican fácilmente, afirma el experto.

 

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Los animales extraídos de su hábitat son comercializados como mascotas, para el consumo y/o para el aprovechamiento de sus pieles. / Foto: El País de Cali.

 

Sin embargo, agrega García, existe también un tema cultural que propicia este tráfico de fauna silvestre. “En Montería, por ejemplo, es usual encontrar que en la semana previa a Semana Santa, se preparan, en una sola casa, hasta con 50 ó 60 tortugas hicoteas, nada más para una sola familia, pues este es un plato típico de la costa en esa época del año”. Y agrega que, en este caso, el impacto es mucho mayor, pues esta extracción se hace en la época donde las hicoteas están en su etapa reproductiva.

Adicionalmente, se mantiene la tradición de tener como mascotas especies silvestres, sobre todo aves y primates, lo que fomenta el tráfico.

Joe García advierte que, la única forma de darle un buen tratamiento a la fauna silvestre es mediante zoocriaderos legalmente establecidos. “Los animales procedentes de estos lugares deben estar marcados con un botón cicatrizal, que se les coloca al momento de salir de la incubadora” y así, cuando el animal está listo para comercializar, se verifica que tenga todos los permisos correspondientes y sean movilizados con salvoconducto.

Señala además que gracias a las regulaciones establecidas se ha reducido el tráfico de fauna silvestre y se garantiza la comercialización de los animales criados, bajo las normas vigentes, en los zoocriaderos. “En estos lugares se hacen los controles pertinentes para que los animales comercializados sean 100% criados allí y no hayan sido extraídos del medio silvestre”.

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