En uno de sus últimos intentos por persuadir al nuevo presidente de dejar el negacionismo frente al cambio climático, el saliente mandatario usa las revistas científicas para presionar.
The irreversible momentum of clean energy, así fue titulado el artículo de 4 páginas que publicó el saliente presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en la reconocida revista científica Science, con el que busca persuadir a Donald Trump de la necesidad de continuar con la política de promoción de energías renovables, mantener la ley de sanidad y aplicar los acuerdos de París.
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Básicamente Obama expone cuatro motivos esenciales para no abandonar la transición hacia las energías limpias. La primera y tal vez la más debatible para Trump es que “la mitigación de los gases de efecto invernadero –GEI- no debe estar en conflicto con el crecimiento económico”.
Según Obama, “las emisiones de CO2 del sector energético disminuyeron un 9,5% entre 2008 y 2015, mientras que la economía creció más del 10%. En este mismo período, la cantidad de energía consumida por dólar de producto interno bruto (PIB) real disminuyó casi un 11%, la cantidad de CO2 emitida por unidad de energía consumida disminuyó 8% y el CO2 emitido por dólar del PIB disminuyó 18%”.
Insiste el mandatario saliente que las mediciones científicas y económicas lo que han demostrado es que mantener un crecimiento de 4 ° C sobre los niveles preindustriales causaría pérdidas de entre 1% y 5% del PIB mundial cada año para 2100.
Por supuesto Obama aprovecha el espacio en la revista científica para sacar pecho y respaldar además las iniciativas privadas que plantean metas ambiciosas para reducción de gases. Por ejemplo dice que las nuevas exigencias a los electrodomésticos y los nuevos códigos de construcción proyectan cortar 2.400 millones de toneladas de contaminación por carbono y ahorrar US $ 550.000 millones para los consumidores en 2030.
De allí se conecta al tema de crecimiento de los empleos y le advierte a Trump que rechazar las energías limpias le puede costar más de dos millones de puestos de trabajo, pues según un informe del Departamento de Energía de Estados Unidos publicado la semana pasada, “más de 2,2 millones de estadounidenses actualmente están empleados en el diseño, instalación y fabricación de productos y servicios de eficiencia energética. Esto en contraste con los aproximadamente 1,1 millones de estadounidenses empleados en la producción de combustibles fósiles”.
“Los costos de electricidad renovable también disminuyeron drásticamente entre 2008 y 2015: el costo de la electricidad cayó un 41% para el viento y un 54% para las instalaciones solares fotovoltaicas (PV) Según Bloomberg New Energy Finance, 2015 fue un año récord para la inversión en energía limpia, con esas fuentes de energía atrayendo el doble de capital global que los combustibles fósiles”, dice Obama en la parte final de su artículo.
Concluye Obama que todos estos resultados y los retos que quedan por delante tienen un tiempo extraordinario en la agenda mundial pues los acuerdos de París permitieron poner a Estados Unidos como uno de los líderes en el compromiso de luchar contra el Cambio Climático. “A pesar de la incertidumbre política que enfrentamos, sigo convencido de que ningún país está mejor preparado para afrontar el desafío climático y cosechar los beneficios económicos de un futuro con bajas emisiones de carbono que los Estados Unidos” dice el mandatario que dejará la Casa Blanca el próximo 20 de enero.