La Fundación Humedales de Bogotá se encuentra adelantado una guía para conocer el estado de las libélulas y de los caballitos del diablo en la sabana de Bogotá. El proyecto busca recolectar las imágenes y comentarios de los ciudadanos para ampliar los conocimientos de estas especies.
Como un esfuerzo para generar conocimiento y hacer la ciencia participativa, la Fundación estableció la publicación de todas las fotografías que los bogotanos reporten con el propósito de levantar un inventario de estas especies en la sabana de Bogotá, ya que hasta el momento poco se sabe de su comportamiento en la ciudad.
Quien haya fotografiado una libélula en un humedal o lugar cercano a un cuerpo de agua de la capital puede enviar su fotografía indicando su nombre, el lugar del avistamiento y la posible fecha hasta el 15 de enero de 2017. Jorge Escobar, director de la Fundación Humedales, adelantó una pista para que los ciudadanos sepan la diferencia entre una variedad y otra, “mientras que el caballito del diablo, generalmente es de color azul en la sabana, y posa sobre una superficie recogiendo sus alas; la libélula, las mantiene extendidas”.
Foto: Cortesía Alejandro Pérez
Las libélulas y los caballitos del diablo reciben el nombre científico de odonatos y se caracterizan por sus ojos grandes, y por el movimiento de sus alas de forma perpendicular a su cuerpo, pueden alcanzar velocidades de 50 km por hora. Es común encontrarlas en las ramas o piedras debido a que tienen sangre fría y necesitan de la luz solar para calentarse. Su apareamiento puede producirse por la cabeza o por el protórax dependiendo de la especie.
Los odonatos permiten efectuar los estudios de calidad de agua con mayor precisión y también saber el estado de conservación de un ecosistema acuático, y como son predadores de los zancudos por ejemplo, son sensibles a los efectos provocados en la naturaleza por la acción del hombre.
Este proyecto que cuenta con la participación de expertos y la ciudadanía ya ha identificado 13 especies en la ciudad de Bogotá, en los humedales de Chicú, Mamá Dominga, Santa María del Lago, Salitre, El Burro, Jaboque, Córdoba, La Vaca, Tibanica, Capellanía, Conejera, La Florida, Guaymaral y el Jardín Botánico de Bogotá.
Foto: Cortesía Alejandro Pérez y Angela Montoya
Las libélulas que pasan la mayor parte de su vida en los cuerpos de agua, se han visto afectadas por la poda en los humedales de la ciudad, la construcción, las fumigaciones para controlar roedores, y los desechos arrojados a los humedales.
La idea de la Guía de Campo, es completar los mapas de distribución de las libélulas y caballitos del diablo en la capital con participación de la ciudadanía. La importancia de esta iniciativa es que permite la identificación de nuevas especies, y de comportamientos que aún no han sido estudiados, como sucedió cuando recibieron el reporte el año pasado a través de una fotografía del sector del Virrey en Bogotá, en la que fueron captadas tres libélulas que es común encontrar por debajo de los 2500 metros y no en la altura de Bogotá.
La Fundación espera extender esta iniciativa a mariposas, escarabajos, mamíferos y hongos en la sabana de Bogotá. La publicación cuenta con el apoyo de la Universidad El Bosque, y según Jorge Escobar, director de la Fundación Humedales de Bogotá, se espera que pueda ser una publicación gratuita para extender el conocimiento y protección de estos bellos insectos en la ciudad.
Crédito Fundación Humedales
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