El hecho ha provocado el derrame de gran cantidad de aguas residuales en una zona con un alto potencial natural. Encargados del sistema trabajan para reparar el daño.
La rotura se produjo a unos 15 metros de la costa, en el sector conocido como ‘Morris Landing’ y según autoridades locales, aún no se ha precisado la causa del mismo, sin embargo se cree que pudo haber sido por una combinación de falta de mantenimiento y el aumento de la fuerza del mar en las últimas semanas.
“Estamos investigando lo que pudo haber pasado, aunque por ahora lo más importante es controlar la fuga y evitar que el material se siga vertiendo al mar. De momento hemos restringido el acceso a bañistas en una zona delimitada mientras se adelantan los trabajos”, manifestó Jhonas Cook, funcionario de la oficina ambiental de la Gobernación de San Andrés.
En las playas cercanas a la rotura ya se aprecian señales de la llegada de las aguas negras derramadas / www.elinsubca.com
La principal preocupación son las afectaciones de tipo ambiental que se pueden presentar, ya que en la zona donde se produjo la rotura habitan varias especies de peces cuya vida se encuentra en peligro.
“Al tratarse de aguas residuales estas vienen cargadas con una cantidad considerable de microorganismos y bacterias, además de otros materiales que contaminan el agua y que son absorbidas por estas especies ocasionando disminución del oxígeno. Además, aunque la distancia con la zona de arrecifes es considerable, las fuertes corrientes y la cantidad de agua que se está derramando podría hacer que los residuos lleguen hasta allí en poco tiempo, lo cual sería muy grave”, precisó Berto Londoño, biólogo de la Corporación Coralina.
Tras conocerse el percance, personal de la empresa encargada del sistema instaló un filtro provisional para disminuir la carga contaminante, mientras se intenta sellar la fuga, que según se supo, es de aproximadamente 12 centímetros de diámetro. Personal de la Gobernación departamental y la armada nacional apoyan los trabajos de reparación.
“Estamos investigando lo que pudo haber pasado, aunque por ahora lo más importante es controlar la fuga y evitar que el material se siga vertiendo al mar. De momento hemos restringido el acceso a bañistas en una zona delimitada mientras se adelantan los trabajos”, manifestó Jhonas Cook, funcionario de la oficina ambiental de la Gobernación de San Andrés.

La principal preocupación son las afectaciones de tipo ambiental que se pueden presentar, ya que en la zona donde se produjo la rotura habitan varias especies de peces cuya vida se encuentra en peligro.
“Al tratarse de aguas residuales estas vienen cargadas con una cantidad considerable de microorganismos y bacterias, además de otros materiales que contaminan el agua y que son absorbidas por estas especies ocasionando disminución del oxígeno. Además, aunque la distancia con la zona de arrecifes es considerable, las fuertes corrientes y la cantidad de agua que se está derramando podría hacer que los residuos lleguen hasta allí en poco tiempo, lo cual sería muy grave”, precisó Berto Londoño, biólogo de la Corporación Coralina.
Tras conocerse el percance, personal de la empresa encargada del sistema instaló un filtro provisional para disminuir la carga contaminante, mientras se intenta sellar la fuga, que según se supo, es de aproximadamente 12 centímetros de diámetro. Personal de la Gobernación departamental y la armada nacional apoyan los trabajos de reparación.