La siembra que involucra a pescadores artesanales y turistas inició a finales de 2017, a la fecha han logrado cultivar más de 13.000 colonias de coral, siendo trasplantadas posteriormente a arrecifes degradados.
Foto: Coralina
Con la participación de buzos profesionales, científicos, voluntarios y la comunidad raizal se inició este proyecto específicamente en la reserva de la biósfera Seaflower, así declarada por la Unesco, en donde con la ayuda de pescadores artesanales se dio paso de manera inicial a la construcción de cinco guarderías masivas de coral que lograron albergar más de 3.000 fragmentos de coral.
Hoy, la escala de las acciones de restauración se ha incrementado en la Reserva de Biosfera Seaflower luego de la financiación de Coralina, la Secretaría de Agricultura y Pesca de la Gobernación Archipiélago de San Andrés Providencia y Santa Catalina, y Conservación Internacional Colombia.
Así mismo, la fundación Corales de Paz (Buceo con propósito) apoya el proyecto con la capacitación del personal que lleva a cabo las acciones de restauración, la construcción de las guarderías para el cultivo masivo de corales y la coordinación de las actividades de mantenimiento, monitoreo y trasplante de fragmentos. Para ello, ha buscado alianzas con importantes actores locales como las fundaciones Seaflower, Help 2 Oceans y la iniciativa local Restaurando La Pirámide.
Así que el trabajo desarrollado por Coralina, la Gobernación y la Fundación Corales de Paz, logran junto con 28 pescadores vinculados al Esquema BanCO2 la construcción de ocho nuevas guarderías masivas de coral, con una capacidad total de 20.000 fragmentos de coral, los pescadores, 13 en San Andrés y 15 en Providencia, se graduaron con 160 horas para restauración de corales y por ello reciben un incentivo económico.
Foto: Coralina
En la actualidad esos corales han sido sembrados en el sector de Little Reef más conocido como la pirámide en San Andrés y en Providencia en los sectores Mantas Place y Loro Town.
Según explicó el biólogo marino de Coralina, Rubén Azcárate, a finales del 2018 se habían sembrado más de 13.000 fragmentos de coral en las islas de San Andrés y Providencia, pertenecientes a más de nueves especies de corales duros y blandos, característicos de los arrecifes coralinos someros del Archipiélago, principalmente el coral cuerno de ciervo (Acropora cervicornis) y coral cuerno de alce (Acropora palmata), especies pioneras en la formación de arrecifes y de rápido crecimiento.
El proceso para mantener adecuadamente los jardines de los corales tarda al menos 18 meses, momento en que alcanzan el tamaño suficiente en las guarderías para luego ser trasplantados en los arrecifes objetivo de restauración.
Foto: Coralina
“La participación de pescadores artesanales ha sido clave en el éxito del proyecto, donde más del 89% de los fragmentos coralinos sembrados sobreviven en las guarderías y más del 77% de las colonias sobreviven en los arrecifes en proceso de restauración”, dijo el biólogo de Coralina.
Durante el 2019 los esfuerzos han sido concentrados en el trasplante de las colonias de A. cervicornis y A. palmata, mediante ensayos de micro fragmentación, una técnica que puede acelerar el crecimiento de las colonias hasta 20 veces en el tiempo. Y mediante la cementación de las colonias directamente en el arrecife, donde en cuestión de semanas se adaptan a las condiciones ambientales y crecen naturalmente. Hasta la fecha (septiembre de 2019) se han sembrado más de 2.000 colonias que albergan 4 hectáreas en proceso de restauración.
Foto: Corales de Paz
“Casi inmediatamente después del trasplante de las colonias de coral, organismos del arrecife como peces, gusanos poliquetos, moluscos, equinodermos y otros, se acercan al ellas interactuando de diferentes maneras, que a largo plazo podría fomentar la mejora en la salud de los arrecifes coralinos de San Andrés, Providencia y Santa Catalina”, sostuvo el biólogo Rubén.
Situación de zonas coralinas
Los corales a nivel mundial se encuentran en crisis, desde los años 80 se vienen presentando grandes mortalidades y el Archipiélago no ha sido ajeno a esta problemática relacionada con el cambio climático, contaminación y sobrepesca, sin embargo, se cuenta con zonas coralina aún en buen estado, pero que sí requieren restauración, como la zona de Little Reef, ubicada en la parte norte de la isla, zona importante para el buceo.
Entre las múltiples funciones que ofrecen estos ecosistemas, se encuentra la protección costera, ya que mitiga la fuerza del oleaje y de los vientos, teniendo una incidencia indirecta sobre la protección de las playas.