Miércoles, 23 Abril 2025

Cualquier persona sin restricción de edad y sin preparación previa puede volar en parapente. Sopó, el cañón del Chicamocha, cerro Matasanos y Territorio Paraíso son los lugares más excitantes de Colombia para hacerlo.

Por David Mateus

Volar, surcar los aires y elevarse tan alto como sea posible ha sido el deseo eterno de los seres humanos. Los vientos de los meses pasados dieron para hablar de una de las formas que existen para cumplir este profundo deseo: el parapente y su práctica en Colombia.

Este deporte fue creado a finales del siglo XX por montañistas que al alcanzar las cumbres sentían el deseo de bajar volando, usando un paracaídas. De hecho, el término parapente es la contracción de otro término, paracaídas de pendiente.

Además de emo­cionante, es un deporte de bajo riesgo. Consiste en sujetarse un paracaídas abierto al cuerpo (ala) y extenderlo mediante las cuerdas, como quien extiende una sábana. Mientras el viento hace lo suyo —inflar el para­caídas—, el parapentista solo se deja elevar.

Miguel Martínez, instructor de la Federación Colombiana de Deportes Aéreos (Fedeaéreos), explica que esta actividad debe realizarse en un “voladero”: una montaña con un valle extenso al frente y una inclinación de entre 15 y 30 grados. Así, el viento llega a la montaña desde el valle y genera una dinámica en el aire que permite la elevación. Las corrientes de viento deben oscilar entre 15 y 25 km por hora.

“El cerro Pionono en Sopó (Cundinamarca), con 3 km de al­tura, es quizá el mejor sitio de Colombia para hacer parapen­te, puesto que las corrientes tienden a ser estables durante todo el día, mientras que en el cañón del Chicamocha, por ejemplo, el viento es estable solo hasta el mediodía y después aumenta bastante la velocidad”, advierte Martínez.

Una vez en el voladero, toman su peso para determinar el momento de vuelo —las corrientes de viento fuertes están reservadas para las personas con mayor peso— y espera a que lo llamen. Así, usted pasa a la zona de despegue y se incorpora en una silla sujeta a su cuerpo por un arnés y sostenida al ala, al igual que el piloto, quien necesariamente va detrás, portando un paracaídas en una maleta. Debe ponerse un casco y, si quiere grabar su experiencia, la indu­mentaria le permite llevar cámara. Pro­cure usar protector para la piel, pues el aire allá arriba la puede maltratar. Paso siguiente: esperar condiciones para ele­varse. Un colaborador tomará su mano y halará de usted por un par de metros. ¡Y ya, está usted volando!

 

Confíe en su piloto y disfrute. Contemple el paisaje, conver­se… sea feliz. Un vuelo de este tipo dura de 15 a 20 minutos, aunque si desea puede pedir un aterrizaje anticipado. Su guía se encargará de regresarlo a tierra. Usted solo debe relajarse y disfrutar hasta el final.

Las tarifas varían de $50.000 en adelante dependiendo del lugar y otras actividades incluidas. El curso para volar sin acompañante cuesta $1.500.000 y los equipos necesarios entre 4 y 8 millones. Usted quedará listo para planear solo todas las horas que quiera y tan alto como el viento lo lleve.

Se dice que se puede alcanzar una altura de más de 5 km y que alguna vez alguien voló por 12 horas seguidas, a punta de galletas, maní y un poco de agua.

Los nervios son normales al principio, pero luego ya no querrá bajarse. Lo mejor de hacer parapente es la sensación máxima de libertad mientras está arriba dejándose elevar por el viento, y la cara de felicidad cuando aterriza y descubre que lo logró. ¡El bonnus track ambiental!

Cerro Pionono en Sopó

Reserva forestal que alberga variedad de fauna y flora, con temperatura promedio de 12 ºC, aunque puede bajar has­ta 0 ºC en las noches y en las madrugadas. Posee bosque montano bajo seco, bosque alto andino y bosques de encenillos de gran tamaño. Es el punto más alto de Sopó y desde allí se puede observar el hermosísimo paisaje de este municipio y su valle, al igual que algu­nos municipios alrededor.

Cañón del Chicamocha

Un cañón es un estrecho entre barrancos o desfiladeros que se ha formado por el paso constante de un río duran­te millones de años, permitiendo el surgimiento de paredes naturales con cierto grado de inclinación. Debe su nombre al río Chicamocha, que nace en Tuta (Boyacá), se une al río Suárez en Santander y allí mismo desembocan unidos en el río Sogamoso.

Tiene 1.500 m de altura, 2 km de profundidad y 227 km de largo, cubriendo unas 300.000 hectáreas (más grande que el cañón del Colorado en Estados Unidos). Alberga un tipo de bosque seco, de iguales condiciones climáticas, escaza vege­tación, así como bosques integrados a las laderas del río. En las noches la temperatura puede ser de 12 ºC, mientras que durante el día alcanza a ser de 32 ºC.

Cerro Matasanos en Antioquía

Está enmarcado en la cordillera Central y es uno de los picos más altos de esta cadena montañosa, con 2.100 m de altura. Es un bosque húmedo tropical con temperatura promedio de 25 ºC y árboles hasta de 35 m de altura.

Territorio Paraíso en el Valle del Cauca

Es una región rodeada por las cordilleras Oriental y Occiden­tal, atravesada por el río Cauca, con temperaturas entre 18 ºC y 30 ºC. Se distingue por el cultivo de caña de azúcar y goza de ecosistemas diversos que comprenden el valle, bosque hú­medo tropical y bosque seco, y páramos que alcanzan alturas de 4.200 m. Los voladeros más reconocidos en esta zona es­

El parapente se realiza en una montaña con un valle extenso al frente y una inclinación de 15 a 30 grados. Las corrientes de viento deben oscilar entre 15 y 25 km por hora

 

 

 USTED NO PUEDE VOLAR EN PARAPENTE SI SUFRE DE…

 

1.       Diabetes

•        Hipertiroidismo

•        Convulsiones

•        Fobia a las alturas

•        Reemplazo de cadera

•        Embarazo

•        Obesidad grado II

•        Vértigo

•        Tratamiento siquiátrico

•        Fatiga con pequeños esfuerzos

•        Extrasístole ventricular

•        Bradicardia 

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