Por Daniel Octavio Mendivelso Rodríguez
La magia de sus aguas, la belleza costera y biodiversidad hacen del Pacífico colombiano el escenario privilegiado para que cientos de ballenas jorobadas viajen cada año 8.500 km desde la Antártida para escapar del inclemente frío del Polo Sur y disfrutar en familia de la alucinante calma de este paraíso oceánico.
Desde el Chocó hasta Nariño, la Megaptera novaeanglia, conocida como yubarta o jorobada, se pasea majestuosa tras la mirada cautiva de curiosos que se acercan para admirar su deslumbrante belleza. Así, entre julio y noviembre, un maravilloso espectáculo abre el telón: un enorme cetáceo de cuarenta toneladas, proveniente del sur del continente, emerge repentinamente de las aguas, surca el cielo y se precipita a las profundidades del mar. En segundos, el tiempo se detiene dejando para siempre un sublime recuerdo en la memoria.
Inicia la travesía
Por la calidad del agua, profundidad, características del aire y temperatura, el Pacífico colombiano es ideal para los mamíferos.
Los machos cortejan hembras con saltos, malabares y jugueteos, mientras las futuras madres retornan a su lugar de apareamiento para concebir a los pequeños en un ambiente saludable. “Ellas viajan 8 mil kilómetros por aguas cálidas para aparearse, o buscan territorios limpios y someros para parir a sus crías”, explica Patricia Falk, bióloga y coordinadora de educación de la Fundación Calidris.
Cuando logran superar intentos de caza o accidentes con embarcaciones, ellas conceden a nativos y turistas un acontecimiento único en la naturaleza. Así, en las enigmáticas aguas del Pacífico, un coloso capta la atención de los visitantes: eleva imponente su cabeza, arquea lento su pesado dorso y al sumergirse levanta la cola, meneándola en una danza sublime, mientras agita una de sus grandes aletas saludando emotivamente al público desde la lejanía. Es un artista que espera ser ovacionado después de su maravillosa puesta en escena.
Los machos, una vez cumplen su función de apareamiento, pueden adelantar su ciclo y retornar antes de lo previsto. Las hembras, madres dedicadas y ejemplares, esperan más de cuatro meses hasta adaptar a los ballenatos al entorno y los preparan para emprender el hostil y extenuante viaje de vuelta a casa.
Turistas, ejemplo de sostenibilidad y conservación
Durante la temporada de avistamiento, los habitantes del Pacífico colombiano obtienen importantes beneficios económicos y oportunidades laborales. Según Parques Nacionales, “el turismo como motor de desarrollo regional genera empleo y en esta zona presenta un índice mayor durante el segundo semestre del año. La mayoría de empleados en concesiones son nativos de sectores aledaños al área protegida”.
Por estos días, cerca de 15 mil personas visitan playas, acantilados y bahías para apreciar los saltos, cortejos y los cantos melodiosos de las madres con sus crías. No obstante, las autoridades recomiendan cuidar a los mamíferos durante el avistamiento. En tierra no hay restricciones, pero en embarcaciones es prudente mantenerse a 200 metros de distancia para no interrumpir la comunicación e intimidad entre los mamíferos.
Así mismo, las autoridades marítimas sugieren el uso de bolsas para recoger basura y evitar la contaminación de la biota marina. “El avistamiento debe promover la conservación. Las cifras se incrementan, pero generan impactos ambientales irreversibles. Colombia se promueve como destino de realismo mágico, pero las regiones impregnadas de magia deben aportar a la conservación de la biodiversidad”, advierte Parques Nacionales.
Kit de viaje
En una zona con gran pluviosidad como el Pacífico, es imprescindible el uso de impermeables. Los binoculares facilitan el avistamiento y el GPS ayuda a identificar las rutas, para percibir movimientos y acrobacias. Otros accesorios y provisiones como gorra, gafas con filtro UV, protector solar, comida ligera y bebidas hidratantes ayudan al éxito de la jornada. En embarcaciones se deben usar chalecos salvavidas y zapatos antideslizantes, y en caso de captar imágenes para la historia, una cámara fotográfica de gran resolución.
Rutas y destinos turísticos para el avistamiento
Durante la temporada, la costa oeste de Colombia es plataforma para científicos, exploradores y amantes de la biodiversidad, cautivados por el fenómeno que solo sucede en Colombia, China y Australia.
El costo de ingreso a Parques Nacionales es de 7.500 para niños, 14.500 para adultos y 38.000 para extranjeros no residentes.
Cada zona cuenta con amplia oferta hotelera y gastronómica y los costos de viaje varían según el plan y permanencia. Los que incluyen tiquetes, pasajes, comida y alojamiento están entre millón y medio y dos millones, mientras que por tierra entre 600 y 800 mil pesos.
Cómo llegar...
Parque Nacional Natural Utría (Chocó)
Para llegar a Bahía Solano y Nuquí, los viajeros pueden tomar un avión de Satena o Ada, con rutas alternativas como Bogotá-Quibdó-Bahía Solano o Bogotá-Quibdó-Nuquí. También Bogotá-Medellín-Bahía Solano. Al llegar a la bahía, el recorrido en carro dura cuarenta minutos aproximadamente hasta el corregimiento del Valle y luego en lancha cerca de una hora hasta el parque. Si la llegada es a Nuquí, se debe tomar una lancha que recorre hora y media al lugar de avistamiento. Por vía marítima se puede llegar desde el puerto de Buenaventura.
Parque Nacional Natural Uramba Bahía Málaga (Valle del Cauca)
Se puede tomar un avión con ruta Bogotá-Buenaventura y luego una lancha hasta el muelle de Juanchaco. También está la opción de viajar de Bogotá a Cali por vía aérea o terrestre y luego al puerto de Buenaventura, para después desplazarse en lancha hasta Juanchaco. Para el avistamiento se debe tomar una lancha hasta los municipios aledaños como el golfo de Tribugá y el golfo de Cupica en Chocó.
Parque Nacional Natural Gorgona (Cauca)
En Gorgona, el avistamiento solo se puede apreciar desde la playa y para el viaje se puede tomar un avión de Satena y Taca desde Bogotá hasta Cali y de allí en auto a Guapí. Luego hay un desplazamiento en lancha hasta la isla. Aviatur presta el servicio de alojamiento y alimentación.
Datos curiosos
- Las crías miden cerca de 4 metros y pueden pesar tonelada y media.
- Al respirar expulsan por su espiráculo un vapor de agua que alcanza siete metros de altura.
- De las 20 mil jorobadas que hay en el mundo casi el 30 por ciento son vallecaucanas.
- Por Colombia pasan la ballena azul, el rorcual común, la bryde, la sei y la jorobada yubarta.
- Los científicos identifican a cada individuo por medio de fotografías de la cola y aleta dorsal.