Con un costo aproximado de 1.300 millones de pesos, la Alcaldía de Cali puso en marcha el primer bus eléctrico del país. El vehículo, que estará en periodo de prueba durante seis meses, tiene como objetivo aportar tanto a la movilidad de la ciudad, como a la implementación de soluciones amigables con el ambiente.
Acero, aluminio y cobre son algunos de los materiales cien por ciento reciclables que fueron utilizados para su fabricación, además de 92 baterías de 115 kilovatios y cuatro motores controlados por computador. Por su composición tecnológica de vanguardia y el uso de energías renovables, reduce en un amplio rango las emisiones de dióxido de carbono, ruido y partículas contaminantes a la atmósfera, aspecto que lo hace superior a los vehículos que trabajan con combustibles fósiles.
Este prototipo colombiano que funcionará como articulado, será puesto en una de las rutas del sistema integrado de transporte masivo (MIO). Además de su capacidad para transportar a 50 pasajeros, tendrá una ventaja adicional: debido a que sus baterías son removibles, el bus únicamente se detendrá durante el cambio de estas y no en todo el tiempo de recarga, como sucede con otros modelos eléctricos.
El diseño se logró a través del esfuerzo conjunto de empresas públicas y privadas, por esta razón, este innovador sistema de transporte caleño se proyecta como un ejemplo de sostenibilidad para el país. “Este bus además de sus beneficios medioambientales representará una reducción del 50% en los costos de operación con relación a un bus de combustible”, señaló Oscar Iván Zuluaga Serna, gerente general de la Empresa de Energía del Pacífico (EPSA).
Con la puesta en marcha del proyecto, se espera también mejorar la oferta laboral para los ciudadanos y optimizar la infraestructura vial de la ciudad “Estamos comprometidos desde hace más de un año con el grupo que promovió el desarrollo del bus eléctrico. Se han hecho una serie de investigaciones donde participamos en aspectos técnicos y económicos”, agregó Zuluaga.