Luego de verificar la zona en Salento (Quindío), Rodrigo Bernal y María José Sanín, investigadores de la Universidad Nacional de Colombia, establecieron que las palmas de cera del Valle de Cocora (Quindío) que habitan en potreros, podrían desaparecer en 50 años.
Esto se debe, a la avanzada edad, caso contrario a las palmas de cera que habitan en bosques nativos, ellas sí se pueden regenerar y así conservar la especie.
Así mismo, el profesor Rodrigo Bernal aseguró que el problema de desaparición radica en que más de la mitad está terminando su ciclo de vida (que puede llegar hasta 169 años) y después de ellas no habría más.
Según datos suministrados por los académicos en la revista Colombia Forestal en 2013, el número total de plantas del muestreo hace 24 años era de 585, el 2012 se redujo a 469 y el porcentaje de mortalidad global fue de 19,9%.
Hay que resaltar que “si los actuales palmares de los potreros se dejan tal como están, sin ninguna intervención durante las próximas décadas, la gran mayoría de las palmas altas habrán muerto de viejas para mediados de este siglo, y las palmas de más de 35 metros de altura serán escasas”, aclara la investigación.
Lo recomendable, es realizar el reemplazo de las palmas de cera, consideradas las más altas del mundo, de forma inmediata y que la iniciativa la tengan las autoridades ambientales regionales, concluyó Bernal.