Las basuras peligrosas crecen de manera discreta, pero crecen. Quizá porque hay mayor registro y mejores controles con sistemas de disposición y eliminación disponibles.
En 2009 Catorce6 presentó el balance del inicio del sistema de registro de los generadores de residuos peligrosos en el país. En siete años el volúmen casi se ha duplicado.
Hace siete años el país conoció la gran cantidad de residuos peligrosos generados en el país durante el periodo 2007 – 2008 que fueron registrados al comenzar el sistema liderado por el Ministerio de Ambiente y administrado por el IDEAM. Catorce6 dio cuenta de 215 mil toneladas generadas por diversas actividades productivas, que van desde la industria hasta el comercio, pasando por la agricultura, la asistencia médica y el hogar. La cifra hizo parte del informe parcial del Ministerio de Ambiente y el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), conocido en su momento por este medio.
Para esta edición especial de aniversario Catorce 6 revisó el más reciente informe, correspondiente al año 2015, y evidenció un crecimiento de casi el doble en la generación y registro de residuos o desechos peligrosos (Respel) en el país para un total de 406.078 toneladas. Esta cifra es inferior a la reportada en el 2014 (que fue de 453.642 toneladas), pero superior a la generada en los años 2013 y 2012 respectivamente. Un incremento casi del doble, en comparación a la cifra inicial denunciada.
El IDEAM estima que la disminución de las cantidades reportadas para el año 2015 con respecto al año 2014, pueden atribuirse a una menor actividad de extracción de petróleo crudo; lo cual también concuerda con la menor generación de las mezclas y emulsiones de agua e hidrocarburos o aceites y agua, asociadas a dicha actividad, la cual disminuyó en más de 59.207 toneladas.
Generadores de residuos peligrosos
Mientras que en el 2008, las autoridades ambientales reportaron cerca de 6.500 registros diligenciados por establecimientos generadores de Respel, para 2015 el número subió a 13.426; siendo la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA), el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA), el Departamento Administrativo para la Gestión del Medio Ambiente (Dagma) y las corporaciones autónomas regionales de Cundinamarca (CAR) y del Valle del Cauca (CVC), las que superaron el número de registros, con más de 800 capturas cada una. A pesar de esto, son Bogotá, Casanare y Antioquia, las zonas del país donde más residuos peligrosos se generan.
Según el informe “Generación y manejo de residuos peligrosos 2014 – 2015”, el 86% de los desechos proviene de los generadores obligados a reportar; el otro 14% corresponde a los que no están obligados a reportar. Sin embargo, fueron los grandes generadores los que produjeron el mayor porcentaje anual de residuos, con el 97,8%, frente a un 1,92%, de los medianos, un 0,22% de los pequeños y un 0,028% de los no obligados.
En cuanto a los sectores productivos (CIIU) generadores de los Respel, las actividades relacionadas con hidrocarburos siguen arrojando promedios altos en cantidad de residuos; también encabezan la lista las actividades de hospitales y clínicas, con internación y la industrias básicas de hierro y de acero.
La extracción de petróleo crudo y las actividades de apoyo para la extracción de petróleo y de gas natural, “generaron en el 2015 la mayor cantidad de residuos peligrosos, lo cual representa un 53% del total de residuos peligrosos generados en el país”, asegura el informe nacional. Es decir que desde 2008 hasta el 2015 está actividad se incrementó en un 19%.
Vale la pena destacar que para las actividades de extracción, la generación de residuos peligrosos disminuyó en un 16% en el año 2015, con relación al año 2014. Lo mismo sucede con la generación de residuos peligrosos en la actividad de apoyo para la extracción de petróleo y de gas natural, que se redujo en 23% con respecto al año anterior.
Pero un dato que causa preocupación para el Ministerio de Ambiente y Desarrollo y el IDEAM, tiene que ver con las actividades relacionadas con el tratamiento y disposición final de desechos peligrosos, las cuales representan una generación de residuos importante (mayor a 6000 Ton), y que durante el 2015 aumentaron en un 40%.
Redacción Catorce6
Llamado de atención
Justamente hace un par de semanas el viceministro de Ambiente, Carlos Alberto Botero López, señaló que “de las 406.078 toneladas que se generaron en 2015, alrededor del 39% fueron tratadas, 32% aprovechadas y el 28% restante, se manejó a través de disposición final. Sin embargo, la cifra de residuos peligrosos podría ser mayor si se tiene en cuenta el subregistro”; a la vez que le hizo un llamado a empresarios, productores y gremios para que presenten el informe oportunamente ante las autoridades competentes. Pero la advertencia no fue solo para ellos, pues según el informe, solo el 30% de las autoridades presentan un porcentaje de transmisión de información mayor al 80%, incluso, algunas como la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena (CAM) y la del Sur de Bolívar (CSB), hacen llegar solo un 10% de los datos.
Igual sucede con los bifenilos policlorados (PCBs), sustancias tóxicas y peligrosas que se encuentran en equipos y aceites, a las cuales también se les realizó un inventario nacional durante 2014 – 2015, y cuyo informe está también a cargo del IDEAM. Se encontró que en al menos cinco zonas del país, principalmente en la región Caribe no se reportó ninguna información sobre dichas sustancias, lo que evidenciaría que grandes y medianos generadores están por fuera del control y seguimiento ambiental.
A diferencia de hace siete años, los PCBs toman especial importancia a partir del Convenio de Estocolmo firmado por Colombia en el año 2008, con la que se adquiere el compromiso para llevar a cabo su eliminación ambientalmente segura en el país. Sobre este tema el Viceministro Botero recordó que en 2028 Colombia debe estar libre de estas sustancias, de acuerdo con las metas que se fijaron en el Convenio.
Política de posconsumo
Desde 2005 el Ministerio de Ambiente expidió la Política Ambiental para la gestión integral de desechos y residuos peligrosos. Posteriormente ha expedido programas posconsumo de pilas, llantas, residuos de iluminacion, medicamentos vencidos, baterías con plomo y envases de plaguicidas, sinembargo los volúmenes que los sectores han accedido a asumir es mínimo frente a la generación anual de residuos peligrosos.
Las cifras más recientes de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) -muchos con contenido líquido contaminantes- señalan que en el 2014 se generaron 12.958 toneladas de equipos, por eso el Ministerio de Ambiente aumentó el número de recolecciones y la cobertura nacional de desechos, haciendo presencia en 28 departamentos del país con los centros de acopio.
Hasta el año pasado, explicó Edgar Fernando Erazo Camacho, líder del Programa Posconsumo Computadores de la ANDI, se recolectaron más de 6 mil toneladas de residuos de computadores que fueron gestionadas de una forma ambientalmente segura, mediante la realización de más de 3.250 jornadas de recolección, “disminuyendo el riesgo ambiental en el país por un mal manejo que se pueda dar a este tipo de residuos”, dijo el directivo, quien aseguró que pasaron de recolectar 371 toneladas en 2012 a acopiar 2.276 toneladas en 2015, sin embargo, en los últimos años el volumen de residuos electrónicos aumentó de 3% al 5% por año, esto quiere decir que un aumento casi tres veces más que cualquier otro desecho, según Kurt Kunz, embajador de Suiza en Colombia.
Precisamente el pasado 6 de junio fue lanzada la Política Nacional para la Gestión Integral de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), un proyecto de posconsumo que tiene como principal objetivo reglamentar la disposición final de los aparatos eléctricos y electrónicos que hayan alcanzado su vida útil y evitar que los compuestos tóxicos que contienen se liberen contaminando el medioambiente. Esta política se basa en el modelo de Sistemas de Recolección de productos de uso masivo que generan residuos con características peligrosas bajo el Principio de Responsabilidad Extendida del Productor (REP).

El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luis Gilberto Murillo Urrutia, indicó que lo que se busca es que los usuarios o consumidores cuenten con alternativas para reutilizar los equipos electrónicos, “teniendo en cuenta que muchos de ellos aún son funcionales y pueden ser utilizados por otros usuarios si se los entregan o donan los usuarios originales”, explicó el funcionario y puso como ejemplo el caso de los teléfonos celulares o computadores que son entregados a personas, escuelas, y ONGs, para su utilización por personas de bajos recursos o que no tienen fácil acceso a la tecnología.
“Futuro sin tóxicos”
Colombia está suscrita en los Convenios de Basilea, Rotterdam y Estocolmo y el Convenio de Minamata, con lo cual asume compromisos para desarrollar e implementar proyectos que promuevan la protección de la salud humana y el medio ambiente, abarcando temas como la clasificación de los residuos peligrosos y la definición de los criterios para categorizarlos, minimización y recuperación de residuos peligrosos y prevención del tráfico ilegal de químicos y desechos.
Durante la pasada conferencia de alto nivel “Un futuro sin tóxicos: la gestión racional de los productos químicos y desechos”, realizada el pasado 5 de mayo, en Ginebra, Suiza, Colombia hizo presencia con su representante permanente ante las Naciones Unidas, la embajadora Beatriz Londoño Soto. Allí se lograron avances para incluir las Parafinas cloradas de cadena corta (SCCP por sus siglas en inglés) y el éter de decabromo difenilo (DecaBDE), catalogadas ambas como sustancias tóxicas y persistentes utilizadas habitualmente como retardantes de llama, dentro del listado A de los Contaminantes Orgánicos Persistentes, lo anterior permitirá que en el futuro, una vez cumplido un tiempo de transición, dichas sustancias no sean fabricadas ni utilizadas a nivel mundial, permitiendo lograr los objetivos del Convenio de Estocolmo. A pesar de los avances de Colombia los desafíos siguen siendo inmensos.
Leer más: ¿De dónde vienen los residuos peligrosos? - Edición 15
Para esta edición especial de aniversario Catorce 6 revisó el más reciente informe, correspondiente al año 2015, y evidenció un crecimiento de casi el doble en la generación y registro de residuos o desechos peligrosos (Respel) en el país para un total de 406.078 toneladas. Esta cifra es inferior a la reportada en el 2014 (que fue de 453.642 toneladas), pero superior a la generada en los años 2013 y 2012 respectivamente. Un incremento casi del doble, en comparación a la cifra inicial denunciada.
El IDEAM estima que la disminución de las cantidades reportadas para el año 2015 con respecto al año 2014, pueden atribuirse a una menor actividad de extracción de petróleo crudo; lo cual también concuerda con la menor generación de las mezclas y emulsiones de agua e hidrocarburos o aceites y agua, asociadas a dicha actividad, la cual disminuyó en más de 59.207 toneladas.
Generadores de residuos peligrosos
Mientras que en el 2008, las autoridades ambientales reportaron cerca de 6.500 registros diligenciados por establecimientos generadores de Respel, para 2015 el número subió a 13.426; siendo la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA), el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA), el Departamento Administrativo para la Gestión del Medio Ambiente (Dagma) y las corporaciones autónomas regionales de Cundinamarca (CAR) y del Valle del Cauca (CVC), las que superaron el número de registros, con más de 800 capturas cada una. A pesar de esto, son Bogotá, Casanare y Antioquia, las zonas del país donde más residuos peligrosos se generan.
Según el informe “Generación y manejo de residuos peligrosos 2014 – 2015”, el 86% de los desechos proviene de los generadores obligados a reportar; el otro 14% corresponde a los que no están obligados a reportar. Sin embargo, fueron los grandes generadores los que produjeron el mayor porcentaje anual de residuos, con el 97,8%, frente a un 1,92%, de los medianos, un 0,22% de los pequeños y un 0,028% de los no obligados.
En cuanto a los sectores productivos (CIIU) generadores de los Respel, las actividades relacionadas con hidrocarburos siguen arrojando promedios altos en cantidad de residuos; también encabezan la lista las actividades de hospitales y clínicas, con internación y la industrias básicas de hierro y de acero.
La extracción de petróleo crudo y las actividades de apoyo para la extracción de petróleo y de gas natural, “generaron en el 2015 la mayor cantidad de residuos peligrosos, lo cual representa un 53% del total de residuos peligrosos generados en el país”, asegura el informe nacional. Es decir que desde 2008 hasta el 2015 está actividad se incrementó en un 19%.
Vale la pena destacar que para las actividades de extracción, la generación de residuos peligrosos disminuyó en un 16% en el año 2015, con relación al año 2014. Lo mismo sucede con la generación de residuos peligrosos en la actividad de apoyo para la extracción de petróleo y de gas natural, que se redujo en 23% con respecto al año anterior.
Pero un dato que causa preocupación para el Ministerio de Ambiente y Desarrollo y el IDEAM, tiene que ver con las actividades relacionadas con el tratamiento y disposición final de desechos peligrosos, las cuales representan una generación de residuos importante (mayor a 6000 Ton), y que durante el 2015 aumentaron en un 40%.

Llamado de atención
Justamente hace un par de semanas el viceministro de Ambiente, Carlos Alberto Botero López, señaló que “de las 406.078 toneladas que se generaron en 2015, alrededor del 39% fueron tratadas, 32% aprovechadas y el 28% restante, se manejó a través de disposición final. Sin embargo, la cifra de residuos peligrosos podría ser mayor si se tiene en cuenta el subregistro”; a la vez que le hizo un llamado a empresarios, productores y gremios para que presenten el informe oportunamente ante las autoridades competentes. Pero la advertencia no fue solo para ellos, pues según el informe, solo el 30% de las autoridades presentan un porcentaje de transmisión de información mayor al 80%, incluso, algunas como la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena (CAM) y la del Sur de Bolívar (CSB), hacen llegar solo un 10% de los datos.
Igual sucede con los bifenilos policlorados (PCBs), sustancias tóxicas y peligrosas que se encuentran en equipos y aceites, a las cuales también se les realizó un inventario nacional durante 2014 – 2015, y cuyo informe está también a cargo del IDEAM. Se encontró que en al menos cinco zonas del país, principalmente en la región Caribe no se reportó ninguna información sobre dichas sustancias, lo que evidenciaría que grandes y medianos generadores están por fuera del control y seguimiento ambiental.
A diferencia de hace siete años, los PCBs toman especial importancia a partir del Convenio de Estocolmo firmado por Colombia en el año 2008, con la que se adquiere el compromiso para llevar a cabo su eliminación ambientalmente segura en el país. Sobre este tema el Viceministro Botero recordó que en 2028 Colombia debe estar libre de estas sustancias, de acuerdo con las metas que se fijaron en el Convenio.
Política de posconsumo
Desde 2005 el Ministerio de Ambiente expidió la Política Ambiental para la gestión integral de desechos y residuos peligrosos. Posteriormente ha expedido programas posconsumo de pilas, llantas, residuos de iluminacion, medicamentos vencidos, baterías con plomo y envases de plaguicidas, sinembargo los volúmenes que los sectores han accedido a asumir es mínimo frente a la generación anual de residuos peligrosos.
Las cifras más recientes de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) -muchos con contenido líquido contaminantes- señalan que en el 2014 se generaron 12.958 toneladas de equipos, por eso el Ministerio de Ambiente aumentó el número de recolecciones y la cobertura nacional de desechos, haciendo presencia en 28 departamentos del país con los centros de acopio.
Hasta el año pasado, explicó Edgar Fernando Erazo Camacho, líder del Programa Posconsumo Computadores de la ANDI, se recolectaron más de 6 mil toneladas de residuos de computadores que fueron gestionadas de una forma ambientalmente segura, mediante la realización de más de 3.250 jornadas de recolección, “disminuyendo el riesgo ambiental en el país por un mal manejo que se pueda dar a este tipo de residuos”, dijo el directivo, quien aseguró que pasaron de recolectar 371 toneladas en 2012 a acopiar 2.276 toneladas en 2015, sin embargo, en los últimos años el volumen de residuos electrónicos aumentó de 3% al 5% por año, esto quiere decir que un aumento casi tres veces más que cualquier otro desecho, según Kurt Kunz, embajador de Suiza en Colombia.
Precisamente el pasado 6 de junio fue lanzada la Política Nacional para la Gestión Integral de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), un proyecto de posconsumo que tiene como principal objetivo reglamentar la disposición final de los aparatos eléctricos y electrónicos que hayan alcanzado su vida útil y evitar que los compuestos tóxicos que contienen se liberen contaminando el medioambiente. Esta política se basa en el modelo de Sistemas de Recolección de productos de uso masivo que generan residuos con características peligrosas bajo el Principio de Responsabilidad Extendida del Productor (REP).

El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luis Gilberto Murillo Urrutia, indicó que lo que se busca es que los usuarios o consumidores cuenten con alternativas para reutilizar los equipos electrónicos, “teniendo en cuenta que muchos de ellos aún son funcionales y pueden ser utilizados por otros usuarios si se los entregan o donan los usuarios originales”, explicó el funcionario y puso como ejemplo el caso de los teléfonos celulares o computadores que son entregados a personas, escuelas, y ONGs, para su utilización por personas de bajos recursos o que no tienen fácil acceso a la tecnología.
“Futuro sin tóxicos”
Colombia está suscrita en los Convenios de Basilea, Rotterdam y Estocolmo y el Convenio de Minamata, con lo cual asume compromisos para desarrollar e implementar proyectos que promuevan la protección de la salud humana y el medio ambiente, abarcando temas como la clasificación de los residuos peligrosos y la definición de los criterios para categorizarlos, minimización y recuperación de residuos peligrosos y prevención del tráfico ilegal de químicos y desechos.
Durante la pasada conferencia de alto nivel “Un futuro sin tóxicos: la gestión racional de los productos químicos y desechos”, realizada el pasado 5 de mayo, en Ginebra, Suiza, Colombia hizo presencia con su representante permanente ante las Naciones Unidas, la embajadora Beatriz Londoño Soto. Allí se lograron avances para incluir las Parafinas cloradas de cadena corta (SCCP por sus siglas en inglés) y el éter de decabromo difenilo (DecaBDE), catalogadas ambas como sustancias tóxicas y persistentes utilizadas habitualmente como retardantes de llama, dentro del listado A de los Contaminantes Orgánicos Persistentes, lo anterior permitirá que en el futuro, una vez cumplido un tiempo de transición, dichas sustancias no sean fabricadas ni utilizadas a nivel mundial, permitiendo lograr los objetivos del Convenio de Estocolmo. A pesar de los avances de Colombia los desafíos siguen siendo inmensos.
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