Miércoles, 23 Abril 2025
En menos de un mes, las afectaciones por los derrames de crudo han dejado sin agua a 4.000 personas en Nariño, 2.300 en Putumayo y 77.000 en Arauca. El daño ambiental es incalculable y, al parecer, irreparable.
Por: Andrés Henao
El desastre en Putumayo le costará al ambiente no menos de 20 años, pues quedaron comprometidas 3,5 hectáreas de humedales, siete de estos en la vereda La Cabaña y dos más en la vereda Santa Rosa. Además, el daño por la absorción del suelo es inminente, a pesar de la ubicación de cordones absorbentes y barreras de contención.
Los otros dos derrames, en Nariño, dejaron una mancha de 20 kilómetros en el río Caunapí y han afectado zonas de manglar en las fuentes de agua que nutren al acueducto de Tumaco. “Es el atentado más grande al ecosistema que haya ocurrido en los últimos 10 años”, señaló el ministro de Ambiente, Gabriel Vallejo. “Tratando de atacar una empresa, lo que están haciendo es afectar el ecosistema”, agregó el presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry.
 
Al tratarse de un ataque terrorista, es decir, de un hecho ajeno a los riesgos de las empresas transportadoras, la capacidad de reacción es menor y por ende la afectación mayor. “En estos casos no hay seguridad en el acceso a la zona, porque puede haber cargas explosivas. Por eso, el derrame no se atiende de inmediato y no se puede aplicar al cien por ciento el plan de contingencia”, explica Carlos Solarte, de la Direccion Territorial Putumayo para el tema de hidrocarburos adscrito a Corpoamazonía, quien es el responsable de coordinar la limpieza de los daños en este departamento.
 
 
Los habitantes de Tumaco estarán sin agua potable hasta agosto. Los protocolos de actuación se hacen con 7.000 metros de barreras de contención para evitar el paso del crudo. / Foto: Corponariño
 
Hay casos donde ha llevado hasta un año solo el proceso de limpieza. Solarte cuenta que no se ha terminado de limpiar el derrame de 5 mil barriles en el municipio del Valle del Guamuez en julio de 2014. “Son 13 zonas de media hectárea cada una para llevar a las plantas de biorremediación. Nadie puede atreverse a decir si son 20 o 30 años, puede llevar hasta un siglo la recuperación del ecosistema”, puntualiza.
 
Para revertir el daño, “casi que habría que lavar piedra por piedra y animal por animal para evitar el impacto, y habría que dejar que el ecosistema lo limpie naturalmente, pero eso podría tardar hasta 100 años”, recalca Diana Tovar, ingeniera ambiental de la Corporación Bioparque.
 
De acuerdo con Corpoamazonía, en el 2014 se atendieron 84 derrames de hidrocarburos en Putumayo que afectaron áreas de especial importancia ecológica e importantes fuentes hídricas como los ríos Putumayo, Orito, Cohembí, San Miguel, Guamuez y sus afluentes. En lo que va de 2015 se han registrado 20 ataques a la infraestructura petrolera que ponen en riesgo 30 especies de peces, 25 de mamíferos en peligro de extinción, 15 especies de reptiles y 20 de anfibios, según estimaciones de Ecopetrol.
 
Por qué mueren las especies
 
Hay dos tipos de crudo —liviano y pesado—, y de ello depende el impacto ambiental. “El crudo pesado tiene mayor infiltración en el agua, se adhiere más facil a las rocas, al sedimento y demora más en descomponerse. El liviano se evapora y el impacto es menor”, explica Tovar.
 
Sin embargo, en los animales el daño es igual: en las aves, por ejemplo, el material se impregna en su plumaje, no las deja volar ni cazar y, como consecuencia, mueren de hambre. En el ecosistema acuático, la capa negra no deja que la luz penetre y se interrumpe el proceso de fotosíntesis de las plantas que habitan en el fondo de los ríos y mares. Por su parte, los peces ingieren el químico y lo transmiten a toda la cadena alimenticia, hasta llegar al ser humano.
 
Esta situación genera desplazamiento de comunidades, “las personas pierden la confianza en el recurso hídrico, pasan por necesidades, tienen que llevar agua, economizarla y si la tienen es para consumo básico pero no para otros usos”, comenta la experta.
 
Tratamiento indicado
 
Según Camilo Hernández, gerente de Tecniamsa, empresa dedicada a la gestión de los residuos peligrosos en parques ambientales debidamente tratados, de un derrame se generan residuos líquidos y sólidos contaminados con hidrocarburos, para los cuales existen varios tratamientos. En los líquidos se hace un centrifugado que separa el agua y el aceite; luego, la primera se lleva a una planta de tratamiento de aguas y el segundo es sometido a un proceso de recuperación, incineración y disposición en una celda de seguridad.
 
Para los residuos sólidos la mejor opción es la biorremediación (recuperación natural con microorganismos, hongos o plantas) en el sitio de la afectación, así como la incineración o la disposición del material en celdas de seguridad.
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