Miércoles, 23 Abril 2025

La tortuga hicotea sigue siendo presa fácil de inescrupulosos traficantes en la ciudad de Bogotá. Esta especie en vía de extinción es extraída de su hábitat y comercializada para el consumo de feligreses en época de Semana Santa.

En lo que va corrido de estas fechas religiosas, las autoridades han decomisado cerca de 10 kilos de hicotea en diferentes puntos de la ciudad, cantidad que equivale a la muerte de aproximadamente 318 tortugas, debido a la poca carne con la que cuentan. Hace un año fueron decomisados 20 kilos, lo que corresponde a 700 ejemplares aproximadamente.

Los operativos en las terminales más importantes de la capital han dado como resultado la incautación de carne, huevos y extremidades del animal, provenientes de los Departamentos de Magdalena, Bolívar y Córdoba, con miras a ser distribuidos en diferentes zonas de Bogotá por los criminales de fauna.

Néstor García, Secretario Distrital de Ambiente señala “esta tortuga ha sido declarada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como una especie amenazada y categorizada a nivel mundial como vulnerable”.

Las sanciones legales por tráfico de carne de hicotea, según el código penal, son contundentes. Estas van de 48 a 108 meses de prisión, y multas de hasta 35.000 salarios mínimos legales vigentes. No obstante, los traficantes hacen su agosto, aprovechando los preceptos de la iglesia católica que prohíbe a sus devotos el consumo de carnes rojas por esta época. 

“La carne de tortuga no debe ser una opción para reemplazar la carne roja, existen otros alimentos como el pollo y los pescados, que no ponen en peligro la vida de nuestra fauna silvestre, ni la someten a crueles sacrificios” explicó el funcionario.

La Secretaría Distrital de ambiente pone en alerta roja a la comunidad y a las empresas transportadoras para que denuncien situaciones irregulares de tráfico y comercio de esta y otras especies silvestres de manera indiscriminada. “La sociedad debe crear conciencia sobre los crueles maltratos que sufren las hicoteas, las cuales son puestas vivas en agua caliente, para luego con una segueta abrirlas y extraer su carne para consumo humano” agregó García.
 

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