Después de la polémica desatada la semana pasada en la Convención Sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas De Fauna y Flora Silvestre (CITES) en Bangkok – Tailandia, por la propuesta hecha por varios países de Latinoamérica, la cual consiste en integrar a los tiburones y manta rayas en un nivel superior de protección. Colombia tomó el liderazgo de grupo en las reuniones que se llevaron a cabo hoy en la misma ciudad.
Nuestro país fue el responsable de presentar y encabezar la propuesta de controlar el comercio internacional de aletas de tiburones y agallas de manta rayas, la cual resultó aprobada hoy por La Unión Europea, Estados Unidos, Brasil, Honduras, Ecuador, Costa Rica, Bahamas, Australia y varios países africanos.
La delegación nacional, también expuso la necesidad de que estos líderes ambientales, aprobaran el incremento de la protección a la población del Crocodylus acutus, que habitan en la Bahía de Cispatá, ubicada en San Antero – Córdoba.
Aunque esta última iniciativa no logró las 2/3 partes que necesitaba para obtener la aprobación, los 27 miembros de la Unión Europea y Croacia manifestaron públicamente apoyar el proyecto, e invitaron a Colombia para que aliste desde ya, una propuesta comercial para la próxima edición de este encuentro, que se llamará COP17.
Sin duda, los grandes ganadores de hoy fueron los tiburones y las manta rayas, pero Colombia se posicionó como uno de los líderes en el trabajo para preservar las especies marinas, que se han visto amenazadas por el alto índice de demanda de ellas, especialmente en Japón, China Y Tailandia.
Durante sus intervenciones la delegación colombiana fue firme al reconocer el papel fundamental de la CITES como un mecanismo para promover la conservación y uso sostenible de especies marinas de interés mundial. Esta reunión se realiza cada tres años para decidir sobre enmiendas a la Convención, en un espacio conocido como Conferencia de las Partes (COP).
Estos son encuentros consultivos entre los Estados del área de distribución de una especie o de un grupo de especies, cuya finalidad es lograr un consenso en relación con una propuesta presentada para enmendar los Apéndices de la CITES, cuando hay posiciones irreconciliables entre esos Estados.