Científicos del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego evidenciaron la reducción de la visión hasta un 60% en calamares, pulpos y cangrejos.
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El estudio publicado en la revista científica Journal of Experimental Biology, se realizó con larvas de pulpos, calamares y cangrejos, las cuales permitieron testear las diferentes respuestas a la pérdida de oxígeno marino mediante un microscopio que analizó agua de mar con progresiva pérdida del mismo.
Muchos invertebrados marinos dependen de la visión para encontrar alimento, refugio y evitar a los depredadores, particularmente en sus etapas iniciales de la vida, cuando muchos son planctónicos, especialmente los crustáceos y cefalópodos, que son presas comunes para otros animales y cuyas larvas son altamente migratorias.
“Los humanos pueden perder la función visual en condiciones de bajo oxígeno, también la presión arterial alta y los accidentes cerebrovasculares, están asociados con la pérdida de oxígeno y con todo este conocimiento me pregunté si los animales marinos reaccionarían de manera similar”, señala Lillian McCormick, autora principal del estudio en un comunicado.
Las larvas fueron expuestas a condiciones de luz que McCormick podría usar para provocar respuestas visuales. Midió estas respuestas utilizando electrodos conectados a la retina de las larvas. Esta técnica se llama electroretinograma.
Tan pronto como la disponibilidad de oxígeno comenzó a disminuir desde niveles bien oxigenados, como los que se encuentran en la superficie del océano, McCormick vio una respuesta inmediata de las larvas.
El cangrejo y el calamar perdieron casi toda su visión cuando el agua de mar perdió el 20 por ciento del nivel de oxígeno que muestra en la superficie.
Los pulpos mantuvieron la visión durante más tiempo, y las respuestas de la retina solo disminuyeron después de que el oxígeno se redujo a cierto nivel. Los cangrejos atuneros, que toleran las aguas con poco oxígeno, fueron todavía más resistentes que los pulpos a la pérdida de visión.
Sin embargo, cuando se restauraron los niveles de oxígeno, la mayoría de los especímenes recuperaron alguna función visual, lo que indica que el daño puede no ser permanente por períodos de oxígeno bajo a corto plazo.
Los océanos del planeta absorben alrededor del 30 % de las emisiones de dióxido de carbono que se lanzan a la atmósfera, lo que genera la aparición de "zonas muertas" en el mar, en las que prácticamente desaparece el oxígeno y donde la fauna acuática no puede sobrevivir o la que logra hacerlo puede enfrentarse a problemáticas complejas como la ceguera.