Disponer de nuevas reservas para el abastecimiento de gas natural y ampliar la producción petrolera es el objetivo del gobierno nacional, que abrió el camino para proyectos de exploración de hidrocarburos con fracking, una técnica no convencional que consiste en fracturar rocas mediante inyección de agua y químicos a presión, para liberar minerales concentrados en el subsuelo.
La noticia fue confirmada por el viceministro de Energía Orlando Cabrales, quién señaló las ventajas que se derivan de su aplicación y habló sobre el marco regulador, diseñado con ayuda de científicos extranjeros, para obtener estrategias frente al control, mitigación y compensación de los posibles impactos en el medio ambiente y la salud de la comunidad.
Sin embargo, diferentes críticos entre los que se encuentran académicos y ambientalistas cuestionan la práctica. Estudios realizados por universidades en países como Francia, Alemania y Estados Unidos demuestran que los acuíferos, el aire y el suelo son sus principales víctimas. Incluso el gobierno norteamericano ya impuso la primera multa a una reconocida empresa por afectar la salud de los miembros de una familia.
Contaminación del agua subterránea con agentes radioactivos por químicos durante la perforación, emisión de grandes cantidades de metano y la presencia de sismos por movimiento de placas tectónicas son algunos de las posibles consecuencias que se pueden generar, sin contar los miles de litros de agua que son utilizados en el proceso de inyección hidráulica. No obstante, expertos advierten que son más los beneficios que se obtienen con la técnica, que los "supuestos" impactos, los cuales pueden ser controlados si la extracción se realiza de manera profesional. Se abre el debate.
Planes de contingencia y normatividad, armas para combatir riesgos por fracking
El viceministro informó que varias empresas iniciaron solicitudes para licenciamiento, con el fin de poner en marcha proyectos de extracción en 2015. Según Cabrales, los supuestos riesgos ya pasaron la fase de evaluación y se espera poner en marcha la normatividad, para evitar crisis que se puedan derivar del fracking, así disminuyen amenazas para la comunidad y el medio ambiente. Compañías como Exxon Mobil, Shell, Phillips y Ecopetrol son las posibles interesadas en implementar la fracturación hidráulica.
Por su parte, el gobierno afirmó que únicamente las empresas que demuestren solidez y adecuados planes de manejo ambiental podrán acceder a las licencias. “En materia de gas natural, Colombia tiene un reto grande porque el gas que tenemos nos alcanza para muy pocos años, por eso la necesidad de implementar alternativas de extracción no convencional” concluyó Cabrales.
Con esta iniciativa, el gobierno espera ampliar los centros de reserva de gas natural y otros hidrocarburos, para abastecer a largo plazo a la población y así disminuir la importación de combustibles. Autoridades argumentan que la extracción convencional abastece actualmente en más del 90 por ciento al país, pero a corto plazo y con altos costos, mientras que con el fracking se busca una explotación superior y con mayor acumulación de gas natural para las próximas décadas. La idea es fortalecer el futuro energético de los colombianos y de paso que el avance se vea también reflejado en las facturas por pago del servicio.