Con madera plástica y antiguos contenedores de transporte de mercancía se construyeron dos parques de comidas, el primero con 1700 metros cuadrados en la ciudad de Neiva y el segundo en Girardot con 2200 metros cuadrados.
El proyecto fue adelantado por Herson Jara un abogado de 33 años, que encontró que este concepto, “un poco americano”, podía implementarse en Colombia y que, usando material reciclado para la construcción podían hacer un espacio más amigable y bien aprovechado para generar nuevos espacios de diversión.
Decidió construir 100 mesas, “vi que el mejor producto era la madera plástica” que ya conocía y producida también en Neiva y contactaron a Diego Rodríguez quien viene elaborando un producto que no se pudre, ni se oxida.
El producto se llama “madera plástica” y consiste en derretir el plástico usado a través de un proceso de extrusión o moldeado por presión y empuje mecánico para posteriormente ser pasado a moldes. El material reciclado se lleva a una temperatura de 400 grados para eliminación de las bacterias. La materia prima se obtiene a través del reciclaje que realizan en los colegios de Neiva, en donde los estudiantes recogen botellas plásticas, envases de bebidas, garrafones y hasta juguetes viejos. Cuando se recolecta se pasa a molido quedando convertida en pedazos muy finos de plástico que facilitan la “fundición”.
Foto: Crédito Herson Jara
“Contamos con la capacidad de transformar 180 toneladas de plástico al mes”, afirmó Diego Rodríguez. Con la “madera plástica” se puede construir parques infantiles, estibas, casas, postes, corrales para animales, y hasta adaptaciones a las necesidades de empresas. Por ejemplo para evitar el derramamiento de crudo en una empresa implementaron una estiba que recogía el líquido para evitar que continuara escurriendo y que contaminara la tierra o el agua.
“Nosotros damos garantía de 20 años en los productos que entregamos” pues afirman que la “madera plástica” tiene una gran resistencia climática y mecánica. Tiene la misma apariencia de la madera, es más fácil de limpiar y no requiere mantenimiento.
“Food Trucks Park” habilitó el espacio y “Madera plástica” proveyó las mesas, y con la reutilización de plástico y metal en estos dos parques, en Neiva, en el sector conocido como la playa frente a la estación del ferrocarril y el de Girardot, en las antiguas bodegas del ferrocarril; se ha generado una alternativa de diversión para las familias que ya recibe hasta 1200 clientes en un día que pueden comer desde ceviches peruanos, shawarmas, helados italianos, picadas, hojaldres y hasta cerveza.
Foto: Crédito Herson Jara
Con respecto a los desechos, Jara afirma, que el proceso de reciclaje en Neiva ha sido un poco más fácil pero que en Girardot han encontrado resistencia ya que, según él, no existe la cultura del aprovechamiento y reuso de desperdicio y no reciben tapas o icopor. “Mientras que en Neiva estudiantes del Sena nos fabricaron un prototipo de caneca para reciclaje y ahora no alcanzamos ni un metro cúbico de basura al terminar la jornada”.