Sábado, 19 Abril 2025

Por David Osorio

Desde 1994 se han reunido anualmente los 195 países que hacen parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), en Conferencias de las Partes (COP), para hacer un balance sobre la aplicación de la Convención, adoptar decisiones destinadas a mejorar las normas establecidas y negociar nuevos compromisos. La Conferencia de las Partes es el mayor órgano de la CMNUCC.

Cada año, la Conferencia se celebra, por rotación, en uno de los países de los cinco grupos regionales de la ONU: Asia-Pacífico, Europa Oriental, América Latina - Caribe, África y Europa Occidental y otros países. Una vez determinado el grupo por rotación, se elige el país de acogida de la reunión. En el 2014, la Vigésima Conferencia de las Partes (COP 20) se llevará a cabo en Lima, Perú, del 1 al 12 de diciembre.

Pedro Solano, director ejecutivo de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) explica que lo que está en juego es “el futuro del planeta”. Se espera que los países prioricen y valoren el interés global más allá de los intereses nacionales y, con la contundente evidencia sobre el componente antropogénico en la ocurrencia del cambio climático, se llegue a decisiones más inteligentes de las que se han tomado hasta ahora.

Según Solano, “disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) debe ser una política de todos los países, y se espera que la COP 20 avance en la definición de las contribuciones de los países orientada a ese objetivo”.

Las propuestas de la COP 20 son básicamente dos: la primera es la creación de un borrador consensuado del acuerdo que se espera sea adoptado en París en el 2015, el cual entraría en vigencia a partir del 2020. La segunda es aclarar el panorama de las contribuciones que los Estados parte deberán presentar en el primer trimestre del próximo año. Sobre las contribuciones de los Estados, Claudia Martínez, representante de la Alianza Clima y Desarrollo (CDKN) para Colombia, advierte que “hoy en día se cuestiona si se debe seguir o no con un acuerdo global o si hay formas más eficientes de bajar las emisiones de CO2 con miradas nacionales y locales”.

“En todos estos temas debe primar el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, donde se espera apoyo técnico y financiero para los países vulnerables al cambio climático”, señala Solano.

Además, se mantiene la expectativa de que en esta Conferencia de las Partes se avance en los conceptos de justicia climática y de reparación por daños y pérdidas.

En el 2011, durante la Conferencia celebrada en Durban y Doha, las Partes notaron que los esfuerzos para mantener el calentamiento global por debajo de los 2 ºC, relativos a los niveles preindustriales, parecían inadecuados, por lo que adoptaron la “Plataforma de Durban para la Acción Mejorada”.

Martínez explica que “los acuerdos se centraron ante todo en el Protocolo de Kioto con acuerdos pactados hasta el 2012”. Esto generó mercados especulativos con los precios de la tonelada de CO2, que llegó a estar por encima de los 20 dólares americanos. “Al aproximarse el fin del acuerdo, y sin tener claros nuevos acuerdos de seguimiento, los precios empezaron a bajar”, lo que, según Martínez, explica la necesidad de adoptar la plataforma en Durban.

Como parte de dicha Plataforma, las partes acordaron “desarrollar un protocolo, otro instrumento jurídico o un resultado acordado con fuerza legal bajo la Convención, aplicable a todas las Partes”. Está previsto que este nuevo tratado se adopte en la COP 21 —la del año 2015—, y que sea implementado en el 2020, lo que explica que todos los esfuerzos de la COP 20 estén orientados a cumplir con ese acuerdo.

Este informe fue realizado gracias al apoyo de Alianza Clima y Desarrollo – CDKN, en el marco del Fondo Periodístico de Desarrollo Compatible con el Clima.

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