Penetrar y fragmentar la tierra, con el fin de extraer minerales es lo que en el mundo se conoce como “fracking” una técnica prohibida por tener graves consecuencias para la salud humana y el ambiente, debido a la alta toxicidad de los gases que emiten las rocas una vez son perforadas. No obstante, algunas multinacionales petroleras quieren empezar a implementar el sistema en el país.
Fuentes de agua contaminadas por elementos radioactivos, concentración de partículas tóxicas en el aire y alteración de placas tectónicas son apenas algunos de los fuertes impactos que, según estudios, el fracking ha dejado en varios países donde ya ha sido denunciado. Expertos en medio ambiente aseguran que está práctica aumenta el número de temblores en lugares aledaños al área de influencia de los proyectos, lo cual agudiza el problema.
Aunque en países como Estados Unidos, Francia y Alemania, las leyes han obligado a diferentes empresas a suspender esta actividad, en Colombia recientemente se ha pensado como tecnología ideal para extracción, pese a las recomendaciones de organizaciones internacionales. “La preocupación no está en la cantidad de agua que se usa con esta práctica, sino en el agua residual, la cual contiene contaminantes peligrosos” señaló Javier Sabogal, profesional del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) Colombia.
Las multinacionales por su parte argumentan que la técnica potencializa la extracción de petróleo y de gas, lo cual equivale a elevar los ingresos económicos del país, sin embargo, el mayor costo lo tienen que asumir el medio ambiente, los acuíferos y la población de las regiones afectadas, situación que implica un urgente pronunciamiento del gobierno y una legislación sólida respecto al tema.