Lunes, 21 Abril 2025

La fuerte sequía por el fenómeno del niño, los altos niveles de contaminación e inundaciones en algunos sectores, son apenas algunas de las consecuencias que enfrenta Bogotá por la disminución de su vegetación. Varios de los árboles que circundan las principales avenidas de la capital colombiana se encuentran en mal estado, mientras otros han sido talados de manera indiscriminada.

Cada vez son más los corredores donde se evidencia la ausencia de árboles. Algunas zonas como la avenida 19, la carrera séptima, la 26 y la 80 que eran ejemplo de conservación, ahora carecen de estos individuos. Localidades como Bosa, Engativá, Ciudad Bolívar, Kennedy y Puente Aranda presentan un gran déficit de lugares dispuestos para arborizar, aspecto que empeora la crisis.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por cada tres habitantes debe haber al menos un árbol. Sin embargo, en Bogotá solo hay uno por cada siete habitantes, lo cual implica duplicar la cantidad para reducir la contaminación y así lograr un ambiente saludable y mayor calidad de vida para los capitalinos.

Algunas entidades e instituciones, como el jardín Botánico, lideran diferentes campañas para concientizar a la población de cuidar y conservar las plantas. Pero estas advierten que el presupuesto destinado por el gobierno para esta labor no es suficiente, ya que se necesita cerca de 20.000 millones de pesos para dar tratamiento adecuado a cada uno de los árboles de la ciudad.

Por esta razón hacen un llamado a toda la población, para emprender campañas en pro de la recuperación de lugares destinados para la siembra de árboles, como corredores viales, parques y zonas de reserva hídrica. El propósito es además de embellecer la ciudad, controlar la emisión de gases a la atmósfera por combustibles fósiles y de paso mitigar los fuertes impactos, producto del calentamiento global actual.
 

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Editorial

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