Una pyme y una multinacional, la Procesadora de Materias Primas S.A. y la Compañía Nacional de Chocolates, dan ejemplo de cómo lo verde mejora el bolsillo de quien lo promueve.
La primera des estas empresas surgió en uno de los sitios más contaminados de Bogotá, el barrio san Benito, donde nadie se imaginaba que pudieran desarrollarse experiencias de industria sostenible, y que actualmente es reconocida por sus ahorros en agua, energía y gas. La segunda es reconocida como una de las mejores empresas por la calidad de sus productos.
Industrias. Para muchos una palabra que sólo significa bocanadas de humo, montones de residuos sólidos y millones de pesos. Sin embargo, en los últimos años, en la capital del país se ha intensificado un movimiento de establecimientos que quieren ser reconocidos como “verdes”. En esta Onda se han metido las del sector de alimentos. Hacen parte de este grupo grandes y pequeñas industrias de gaseosas, grasas vegetales y animales, cárnicos, repostería, café y chocolate.
Catorce 6 entrevistó a dos de estas: la conocida Compañía Nacional de Chocolates y la Procesadora de Materias Primas; esta ultima dedicada a la elaboración de margarinas y grasas animales y vegetales, dos ejemplos que ratifican que para salvar al planeta no importa lo grande y conocido que sea la empresa, sino las ganas de hacer las cosas al derecho.
La industria que vio esperanzas en San Benito y Tunjuelito
En 1984 nació la Procesadora de Materias Primas, una pyme dedicada a la elaboración de aceites animales en el barrio San Benito, sector conocido por sus contaminantes curtiembres. En esa época, como lo asegura Edwin Párraga, gerente y uno de los fundadores de la empresa, no tenía ni idea que significaba la palabra “medio ambiente”.
La planta utilizó calderas de carbón para la elaboración de las grasas hasta 1993, ya que se dieron cuenta del alto consumo de energía y de las bocanas de humo, y empezaron a trabajar con combustible líquido, una mezcla de 65 por ciento de crudo y 35 por ciento de ACPM.
Pero su ingenio y ganas de ser más sostenibles los llevó a sustituir en 1999 este combustible por el uso de gas natural a partir de 2000. Según Párraga, su alto costo los hizo buscar nuevas alternativas que los llevaran a la reconvención industrial.
Finalmente, en 2005, pusieron en marcha de dos programas de buenas prácticas de manufactura: sustitución de vapor por aire y retorno de condensados, lo que les significó una inversión de aproximadamente $184millones.
Estas tecnologías consisten en recoger el agua caliente y reutilizarla en el proceso, por medio de tanques y un circuito de tuberías cerradas que llevan el agua a la caldera. “El vapor va por la tubería para calentamiento de los diferentes tanques encamisados o con serpientes, con una válvula llamada trampa termodinámica. Los condensados retornan a un tanque con trampas de grasas y sólidos y quedan listos para inyectarlos a 70 grados centígrados a la caldera, ahorrando así agua, energía y gas”, señaló Párraga.
Los resultados sorprendieron. Con ambas prácticas ahorran al año un promedio de $295 millones, $168 millones por el vapor de aire y $127 por los condensados; es decir que ya recuperaron la inversión realizada.
El agua y la energía también empezaron a comportarse a la baja, alcanzando disminuciones de 303.390 metros cúbicos de agua, 6.981 kilowatts de energía y 3.669 de gas.
Los residuos sólidos, en este caso la carne y proteína para producir los aceites, también representa negocio para esta empresa. Estos desechos, que al año se acercan a las 1.000 toneladas, los venden a una empresa que les da un tratamiento, consistente en el mayor de los casos en su incineración , con lo que han conseguido recibir $100 millones anuales.
“Este dinero es destinado para el bienestar de nuestros 90 empleados, entre directos y provisionales, en sus almuerzos, subsidios para vivienda, capacitaciones y medicamentos que sean necesarios”, dijo Párraga.
En 2010, debido a que la Secretaría Distrital de Ambiente les informó que tenían que mitigar algunos impactos, la empresa empezó a aplicar el programa de control ambiental de desfogues.
Conscientes de que el negocio tenía que seguir creciendo, en 1998 Materias Primas decidió abrir otra sede en el barrio Isla del Sol en Tunjuelito. A diferencia de San Benito, esta es de solo aceites vegetales, en donde instalaron una planta de destilación física que no produce residuos sólidos, que reutiliza toda el agua en sus procesos y que llamaron Colaceites.
Esta planta funciona con intercambiadores de calor, otro programa que aprovecha la temperatura por medio del juego termodinámico. Allí, además de comercializar productos como aceites refinados, sin refinar (30 por ciento de palma), pierina y con 35 porciento de cebo, la empresa fabrica su propia margarina, que lleva 15 meses en el mercado.
Este nuevo producto viene en varias presentaciones: tipo industrial, multipropósito (para pastelerías y panaderías), aliñado (lo que Párraga llama pan de combate) y suave (de alta calidad para heladerías y panaderías finas).
Según su gerente, todos estos avances y ahorros se han traducido en un reconocimiento en el mercado laboral, tanto por su calidad como por su respeto por el ambiente. “Actualmente contamos con aproximadamente 80 clientes de los cuales 25 son grandes empresas, y 150 proveedores. Aunque el mercado cada día es más competitivo y ahora compran mucha grasa de países como Venezuela, Ecuador y Bolivia, hemos logrado mantenernos, y eso se debe a todos nuestros compromisos con el ambiente”.
Además de ser reconocidos desde 2002 por el Programa de Eficiencia Ambiental Distrital y ganar el primer puesto en el 2010, esta empresa ganó el primer puesto del Premio Planeta Azul en sostenibilidad con tecnologías ambientales en 2011.
“Si no cumple nadie se va a fijar en uno. Como empresa tenemos que dar más servicios, tanto ambientales, de desarrollo como de innovación. Para crecer de manera responsable hay que analizar todos los gastos ocultos, e ir de la mano con el control ambiental”, finalizó Párraga.
La grande del Chocolate
Al igual que la Procesadora de Materias Primas, la Compañía Nacional de Chocolates es una de esas empresas que cada año se la juegan para ser reconocidas en el país por sus esfuerzos ambientales.
A través del grupo Nutresa, la Compañía ha sido reconocida durante 5 años consecutivos como una de las mejores, debido a sus programas de ahorro de agua y energía y un mejor aprovechamiento de los residuos sólidos, que han hecho que sus emisiones, vertimientos y desechos estén por debajo delos límites fijados por la autoridad ambiental.
Además de que el 80,5 por ciento de su material corrugado es fabricado con fibras recicladas, la empresa también tiene logros para destacar a través de los años. En agua, entre 2010 y 2011, han ahorrado 3,9 por ciento en el indicador de consumo de agua por tonelada producida; la meta para 2015 es bajarlos números del recibo de agua en un 15 por ciento.
En energía ahorraron un 4,5 por ciento en 2011, y un 8 por ciento en la generación de sus residuos. Con los programas de gestión integral de residuos han aprovechado el 86 por ciento de sus desechos (6,2 por ciento más que en 2010).
La innovación ha sido clave para la industria. Así lo demuestra el programa “Éxitos Innovadores”, en donde los colaboradores han presentado iniciativas de ahorro y eficiencia energética en procesos productivos; el cálculo de la Huella de Carbono en algunos productos líderes en el portafolio, adoptando un enfoque de ciclo de vida y utilizando la metodología PAS2050:2008; y el estudio de Gases de Efecto Invernadero 2009-2011en las operaciones industriales en Colombia.
En el corto plazo tiene más cartas sobre la mesa. Actualmente trabajan en el cálculo de Huella de Carbono de productos líderes en el portafolio como un proyecto corporativo con cobertura en todos los negocios, “con el fin de evaluar el desempeño ambiental de los productos, definir estrategias de diferenciación ante el consumidor e identificar oportunidades de reducción y ahorro en su ciclo de vida”.
Además, en el 2012 iniciaron el diagnóstico para la determinación de la Huella Hídrica para cada uno de los negocios.
Los reconocimientos no se han hecho esperar. En2011 Nutresa fue reconocido como una de las nueve empresas de alimentos con mejores prácticas en desarrollo sostenible del mundo, debido a la inclusión en el Dow Jones Sustainability World Index, siendo la única compañía de alimentos de Colombia y de América Latina incluida en el índice.
Adicionalmente, fue incluido por segundo año consecutivo en el Sustainability Year book de la Sustainability Asset Management, al estar dentro del 15 por ciento de las empresas de alimentos con mejor desempeño en sostenibilidad mundial.
Este año, como resultado de la mejora en los indicadores de sostenibilidad con respecto a las demás compañías evaluadas, Nutresa fue incluida dentro de la categoría “SAM Bronze Class”, conjuntamente con las empresas cuyo desempeño en sostenibilidad está en un rango entre 5 y el10 por ciento de la calificación del líder del sector de alimentos.
“Esto nos ubica dentro de las siete mejores compañías del sector alimentos en el mundo, en materia de sostenibilidad. Estos dos reconocimientos reafirman el modelo de negocio que venimos desarrollando”, manifestaron voceros de la empresa.