Pasando entre El Rodadero y Santa Marta se ven cactus, árboles de trupillo y otras especies vegetales amarillas. No sobran los comentarios sobre el “pobre” paisaje de la región.
Lo que pocos saben es que el bosque seco es uno de los ecosistemas más valiosos del país, pero uno de los más amenazados. Hoy solo queda el 9% en todo el territorio nacional, que en los años 80 cubría 8 millones de hectáreas.
Por eso, el Instituto Humboldt, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo Patrimonio Natural y la Corporación Paisajes Rurales adelantan el proyecto “Uso sostenible y conservación de la biodiversidad en ecosistemas secos”, que permitirá la protección y el uso sostenible de más de 18 mil hectáreas de este bosque en la región Caribe y el valle interandino del río Magdalena.
También se gestionará la declaratoria de 12 nuevas áreas protegidas regionales para la conservación del bosque seco, con sus planes de manejo ambiental. Esto va en concordancia con la política mundial REDD+, que busca reconocer y proveer incentivos positivos a los países en vías de desarrollo para proteger sus recursos forestales, con el fin de contribuir a la lucha global contra el cambio climático y sus efectos.
La propuesta inició con una expedición científica a la cuenca del río Cañas en la zona baja de la Sierra Nevada de Santa Marta y recorrerá cinco cuencas más en los departamentos de Cesar, Bolívar, Tolima, Huila y Valle del Cauca, donde se espera promover acciones para la mitigación de la deforestación y la desertificación.