María Constanza García, directora de la Agencia Nacional de Minería,
habló con Catorce6 sobre las regalías, las denuncias de la Contraloría
a la minería y se refirió empresas como Cerro Matoso y Cerrejón.
C6: Usted arrancó un nuevo proceso de
fiscalización de los títulos mineros en Colombia,
algo que se ha hecho muchas veces.
¿Será que este sí es efectivo?
M.C.G.: En la ley de regalías del país se
destinó el 2 % al proceso de fiscalización
y conocimiento al subsuelo. Esto
ha mejorado, porque antes era más
desordenado y no había ni recursos
económicos ni grandes plantas de personal,
entonces revisaban diez minas y
el resultado, lógicamente, no era nada
serio. Nosotros estamos comprometidos
a revisar los 9.500 títulos, de los
cuales ya llevamos 2.500.
C6: ¿Qué encontró en esta primera fase
de fiscalización?
M.C.G.: Contrario a lo que piensa
todo el mundo, que la minería es un
desastre ambiental, lo que nosotros
descubrimos es que la minería legal
está bien hecha y cumple todos los
requerimientos. Esto pasa no solo con
las pequeñas empresas, las multinacionales
cumplen con estándares nacionales
internacionales.
C6: Pero usted le dijo al país que habían
encontrado 350 casos con irregularidades
ambientales, eso es muy grave…
M.C.G.: Dependiendo del hallazgo, vamos
a tomar las medidas necesarias en cada caso. Por lo pronto, suspendimos
la actividad de los títulos que no cumplían
o no tenían licencia ambiental.
Lo que pasa es que muchos creen que
basta solo con obtener el título, pero
realmente para hacer minería se debe
cumplir con todos los requisitos que
exige la ley.
Si la autoridad ambiental correspondiente
considera que hay un incumplimiento
frente a las obligaciones
ambientales, puede quitar definitivamente
el título, porque así lo estipula
el Código Minero.
C6: El viejo Código, el de 2001…
M.C.G.: Sí, porque ese es el que actualmente
está operando y allí se obliga a la
Autoridad Nacional de Minería a vigilar
que todos los requerimientos ambientales
se cumplan.
C6: Diferentes informes de la Contraloría
han cuestionado la licencia ambiental
de Cerro Matoso. ¿Qué posición tienen
ustedes al respecto?
M.C.G.: Yo pienso que las competencias
están divididas y como funcionario
público siempre se debería tocar los temas
que la Ley le dice y no pasarse de
allí. En el caso de Cerro Matoso, la Autoridad
competente es la ANLA, la cual
nos pasó tres cartas explicándonos, desde
la jurisprudencia ambiental, por qué
la mina de níquel cumplía con todos los
requisitos que exige la ley.
Lo que pasa en este caso específico
es que ellos comenzaron los trabajos
en Colombia desde 1981, y en ese entonces
no había licencias ambientales.
Sin embargo, la mina ha tenido plan
de manejo y ha pasado con creces las
auditorías que se le han hecho.
C6: Sigamos con la Contraloría. Ese ente
de control también ha llamado la atención
sobre lo que pagan las mineras respecto
del impacto que ocasionan. ¿Qué
posición tiene al respecto? ¿Sí se trata
de un mal negocio?
M.C.G.: Hemos hecho estudios tomamos
los impuestos que pagan las mineras en
Colombia y los comparamos con otros
países que desarrollan ampliamente la
actividad, como Australia, Chile, Canadá
y Perú. Lo que encontramos es que el
cobro en Colombia supera de lejos al de
los otros países. Entonces, ahí tenemos
que ser muy cuidadosos de ir a matar la
gallina de los huevos de oro tratando de
ponerle trabas de cualquier manera. Si
nosotros ponemos más impuestos a las
mineras, nos vamos a volver inviables en
un país donde se ha luchado tanto por
traer la inversión extranjera.
Otro tema muy diferente es ¿qué
ha pasado con el dinero de las regalías?
Porque lastimosamente donde más se
acumula dinero, es donde menos se
ven adelantos en bienestar social. Entonces,
lo que hemos hecho es aportarle
al desarrollo de algunas regiones
a través de alianzas como la de Cerro
Matoso o Paz del Río.
En Montelíbano, por ejemplo, hay
un hospital muy completo y lo hizo Cerro
Matoso. Ni hablar de la intervención
social grandísima que ha hecho Cerrejón
en La Guajira.
Por esto, está demostrado con cifras
que la actividad extractiva en Colombia
es una bendición. Lo que tenemos que
hacer es aprender a darle el valor agregado
que se le da en otros países, para
generar empleos.
C6: En el caso Anglo Gold Ashanti, la
Contraloría ha dicho que existen irregularidades
en las auditorías entre 2007 y
2011…
M.C.G.: Lo que hemos hecho es requerir
al titular minero para que nos explique
y nos demuestre la jurisprudencia
contable bajo la cual ejerce la actividad.
Después contratamos firmas internacionales,
como pasó con Cerro Matoso,
para que nos desarrolle una auditoría
totalmente integral y nos aclarare cada
uno de los casos.
C6: ¿Qué hay para decirle concretamente
a la Contraloría que tantas críticas ha
hecho al tema de la minería?
M.C.G.: Nosotros con los organismos
de control hemos venido trabajando sobre
la mesa, siempre con la mejor disposición
para darles toda la información.
Lo que esperamos es que analicemos el
tema de las regalías en el sector y corrijamos
si hay que hacerlo.
C6: ¿La redistribución de las regalías es
el descontento que tienen hoy los alcaldes
del país?
M.C.G.: En los estudios que nosotros
hemos hecho desde el sector es que sí,
porque antes los alcaldes sentían que
les llegaban las regalías y usaban la plata,
ahora dicen: “¿Yo para que voy a
permitir la minería en mi ciudad si no
tengo la misma retribución?”
Entonces, lo alcaldes comenzaron
a sacar en el Plan de Ordenamiento Territorial restricciones a la minería. Por
ejemplo, las que pone Bogotá acaba
con 50.000 empleos.
C6: Hablemos de minería ilegal. En
Ataco (Tolima) vimos como el gobierno
celebró con bombos y platillos el decomiso
de unas 70 máquinas retroexcavadoras.
Meses después terminaron devolviéndolas…
¿La minería ilegal está
ganando la pelea?
M.C.G.: En ese aspecto se ha desarrollado
un trabajo muy importante del
Ministerio de Defensa y las alcaldías
locales. Por ejemplo, en la Orinoquía
ya hay un batallón para enfrentar la
extracción ilegal de coltán, lo que demuestra
que la minería ilegal se ha
vuelto una problemática parecida a la
del narcotráfico.
C6: Muchas muestras se han dado de
que en Cerro Matoso existen extrabajadores
enfermos por los químicos de
la compañía y usted asegura que ellos
cumplen la normatividad ambiental.
¿Será entonces que las exigencias ambientales
en el país son muy débiles?
M.C.G.: Yo creo que esos temas son
más de educación y de interpretación.
En marzo pude estar en Canadá donde
la mina de níquel produce el 98,8
% de concentración, mientras que la
nuestra apenas llega al 40% y allá no
hay casos de cáncer. ¡Ahora resulta
que el níquel de allá no produce cáncer
y el de nosotros sí!
Entonces hay que ser muy cuidadosos
y estrictos en señalar esos efectos al lado
de un rigor científico muy importante.
C6: ¿Será que satanizamos la minería?
M.C.G.: De 17.300 solicitudes que
hemos recibido para la explotación
del subsuelo, hemos entregado solo
1.200 títulos, lo que quiere decir que
estamos escogiendo los mejores jugadores,
que cumplan con todas las
normas y que se ajusten a los requerimientos
económicos, ambientales y
sociales del país. Sabemos que aún
necesitamos gente para invertir más
recursos para que la huella ambiental
sea mínima, pero estamos seguros de
que las personas que tienen títulos
hoy en día son los más respetuosos de
las exigencias ambientales.
La actividad extractiva es una bendición
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