El Ministerio Público considera que la problemática está fuera de control y que se necesitan tareas urgentes del Gobierno para evitar un mayor impacto en los ecosistemas.

La Procuraduría General le pidió a los ministerios de Defensa, Ambiente, Vivienda, Agricultura, Minas y Hacienda, que adopten medidas urgentes para enfrentar la deforestación en el país, especialmente en la Amazonía, ante las graves problemáticas ambientales y territoriales que presenta.
Ese llamado se dio en la mesa de trabajo convocada y liderada por la Procuraduría con los representantes de los ministerios, y del Departamento Nacional de Planeación, el órgano de control urgió por acciones coordinadas que garanticen la protección, preservación, conservación y recuperación de los territorios que están siendo amenazados en la Amazonía colombiana.
“Es imperioso trabajar en estrategias que permitan proteger un ecosistema estratégico como la Amazonia, que está siendo amenazado por los efectos del cambio climático, desarrollo no sustentable, ampliación de la frontera agrícola, ganadería extensiva, minería, prácticas ilegales relacionadas con actividades extractivas, tráfico ilegal de drogas y de especies de fauna y flora silvestre, deforestación causada por proyectos de infraestructura, que en la mayoría de los casos no tienen estudios de impacto ambiental, entre otros” dice la Procuraduría en relación con las causas del flagelo.
Frente a la extracción ilegal de recursos, la Procuraduría Delegada para lo Ambiental advirtió que el uso del mercurio, como parte del ejercicio ilegal de la actividad minera, es el elemento más nocivo para las fuentes hídricas, que recae directamente sobre la población campesina e indígena.
Entre los ríos de la región amazónica que se han visto afectados por cuenta de la minería están los de Guaviare, Guainía, Vaupés, Apaporis, Tararira, Caquetá, Putumayo, y Caguán, entre otros.
Cifras del Ideam indican que el 65,5 % del cambio en la cobertura de bosque natural en 2017 se dio en la Amazonía, duplicándose en sólo un año. Mientras en el 2016 el Amazonas perdió 70.074 hectáreas de bosque, en el 2017 la cifra aumentó a 144.147 hectáreas.