Hace 20 años se pensó que esa especie había desaparecido de Colombia. Hoy, gracias a un esfuerzo internacional, su población se ha venido recuperando cada año.

Fundación Loro Parque, ubicada a más 8.000 kilómetros, en las Canarias, trabaja en alianza con Proaves para la conservación de especies como el Loro Orejiamaraillo Colombiano. Que según un comunicado de la ONG española, ya presenta cifras récord de ejemplares en Colombia.
El anuncio anterior termina siendo casi un milagro si se tiene en cuenta que hace exactamente 30 años, a finales de 1988, cuando se advirtió que no existían registros oficiales del loro en Colombia y que prbablemente se habían extinguido por completo.
Tras un año de búsqueda, se encontró una población de 81 individuos en Los Andes centrales, en la comunidad de Roncesvalles, mientras que en enero de 2001 apareció una segunda población de 63 individuos en estribaciones de Los Andes occidentales en Jardín, en el Departamento de Antioquía.
Desde entonces el trabajo de las fundaciones con las comunidades ha ayudado a que la población de loros venga en crecimiento, a tal punto que en 2010 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) redujo la categoría de amenaza del Loro Orejiamarillo de “en peligro crítico” a “en peligro”.
Sin embargo, la Fundación ha reconocido el gran esfuerzo y contribución que ha llegado desde el Vaticano, hasta el punto de ser uno de las responsables de este crecimiento. Eso se debe a las múltiples campañas y llamados que ha hecho para que no se use la palma de cera en las celebraciones de domingo de ramos, cada semana santa.
La palma, árbol nacional, ha sido amenazado por la agricultura, ganadería y por esa tradición. Loro Parque reconoce que ese trabajo pedagógico ha permitido que se conserve la Palma de Cera que "tiene una estrecha relación con el Loro Orejiamarillo".