El Global Risk Report destaca los riesgos globales para 2025, incluyendo estimaciones de gasto militar, desplazados y perspectivas ambientales.
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El 23% de los expertos consideran el conflicto entre naciones como la mayor amenaza global para 2025. Las tensiones en Ucrania, Medio Oriente y Sudán aumentan el riesgo de una desestabilización internacional sin precedentes. Las guerras entre estados, conflictos civiles y el terrorismo se perfilan como los principales detonantes de esta crisis.
El cambio climático también ocupa un lugar alarmante en esta lista. Eventos extremos como inundaciones, incendios forestales, huracanes y olas de calor están aumentando en frecuencia e intensidad, provocando impactos económicos, sociales y humanitarios devastadores. Ejemplos recientes incluyen las olas de calor en Asia, las inundaciones en Brasil e Indonesia y los incendios en Canadá.
En el ámbito económico, las tensiones entre potencias como Estados Unidos y China agravan el riesgo de una recesión global. Las disputas comerciales, las sanciones y el proteccionismo están amenazando la estabilidad financiera mundial, mientras la incertidumbre económica persiste a pesar de una leve disminución en la inflación.
La desinformación y la polarización social también representan una amenaza creciente. Por segundo año consecutivo, este riesgo se posiciona entre los cinco principales a corto y mediano plazo. La propagación masiva de información falsa, facilitada por herramientas de inteligencia artificial, erosiona la confianza en las instituciones y profundiza las divisiones sociales.
A largo plazo, las amenazas ambientales emergen como las más preocupantes. El derretimiento acelerado de los polos, la alteración de patrones climáticos esenciales y el colapso de la biodiversidad están transformando irreversiblemente los ecosistemas. La creciente escasez de recursos como el agua y los alimentos podría intensificar las tensiones geopolíticas y provocar una desestabilización social generalizada.
La crisis ambiental también afecta la salud pública y la seguridad alimentaria. La degradación de hábitats naturales y la extinción de especies cruciales desequilibran los ecosistemas, mientras la contaminación del aire, agua y suelo, impulsada por la actividad humana, agrava la crisis.
Este informe también abarca la percepción de riesgos por parte de las empresas. Entre las amenazas más destacadas se encuentran: la escasez de talento y mano de obra, la disrupción en las cadenas de suministro, la falta de oportunidades económicas, el desempleo, la contaminación y la desigualdad.
El informe del Foro Económico Mundial subraya la necesidad urgente de fortalecer la cooperación internacional y revitalizar las instituciones multilaterales. Solo mediante un esfuerzo global coordinado y decidido podremos mitigar estos riesgos, fortalecer la resiliencia ambiental y prevenir el agravamiento de las crisis ecológicas ya en curso.