Habitantes del corregimiento de Navarro en Cali, dieron aviso a las autoridades sobre la presencia de una boa de unos 18 kilos de peso, que se encontraba en un cañada. Los habitantes alertados por su gran tamaño avisaron oportunamente lo que permitió que la boa fuera rescatada.
La serpiente tenía atemorizados a los habitantes del corregimiento por su gran tamaño. Al parecer, el reptil fue liberado por quienes la tenían en cautiverio debido a que ya no pudieron controlarla. Posiblemente el reptil pertenecía a los habitantes de una de las fincas cañeras del sector, pero debido a sus medidas les fue imposible seguirla controlando, por lo que sus dueños decidieron liberarla, sin contar con la supervisión de un experto, demostrando una vez más los resultados de la tenencia irresponsable de fauna silvestre como si fueran mascotas.
“Recibimos la denuncia de la comunidad sobre la presencia de la serpiente y coordinamos la visita al lugar, con tan buena suerte que la encontramos antes de que los lugareños la lastimaran, ya que estaban bastante inquietos por su tamaño”, explicó Juan Fernando Ospina, zootecnista de la CVC, Corporación del Valle del Cauca.
Las boas pueden alcanzar hasta cuatros metros y alimentarse de cualquier animal que este a su disposición, monos, aves, y pueden engullir su presa de un solo mordisco por la amplitud de sus mandíbulas.
Foto: Cortesía CVC
Esta práctica irresponsable de adquisición de fauna silvestre como monos, serpientes, loras, guacamayas y tortugas para convertirlas en mascotas en casas o fincas no da buenos resultados porque se priva al animal de su hábitat natural.
"Irresponsablemente compran animales silvestres como mascotas y cuando crecen y se vuelven inmanejables o cuando requieren de bastantes recursos para su mantenimiento, las liberan al medio ambiente, pensando que están haciendo bien, sin tener en cuenta muchos factores, empezando por el sitio donde los liberan. La mayoría de estos animales no pertenecen a la distribución geográfica donde los sueltan causando un desequilibrio ecológico”, manifestó Ospina.
La boa fue llevada al Centro de Atención y Valoración de Fauna de San Emigdio de la CVC en Palmira, para ser evaluada y darle un destino, según lo establecen las leyes ambientales colombianas.