Ciudadanos preocupados por la falta de polinizadores en todo el país, se organizaron en el “Colectivo para la Defensa de las Abejas y los polinizadores en Colombia, Colectivo Abejas Vivas”.
Según un miembro del Comité coordinador, Juan Manuel Rosso, la organización incluye representantes de 22 departamentos y tiene un registro preliminar de 1200 apicultores, y unas 35 mil colmenas en todo el país en las cuales pueden vivir unos 70 mil individuos por colmena. En los últimos tres años se ha reportado la muerte de cerca del 30 % de las colonias debido a causas externas como la aplicación de pesticidas que viajan por el aire llegando a las colmenas. También se presume que si una abeja visita una flor fumigada en un cultivo, y sale volando, puede llevar el veneno a la colmena, y contaminarla produciendo la muerte de sus individuos.
Foto: Cortesía Abdon Salazar
Rosso destaca que los productores de abejas miembros del Colectivo han reportado pérdidas económicas que se estiman en unos 20.000 millones de pesos en los últimos tres años. Pero las pérdidas no son únicamente económicas “las abejas son un pilar en los procesos ecológicos, porque permiten la polinización y la producción de frutos, plantas, y al final hasta el agua y el oxígeno, si hay menos población de abejas, hay menos polinización y menos frutos” afirma Rosso.
El Colectivo espera que con esta iniciativa se pueda llamar la atención de la grave situación de los polinizadores en todo el país que no se limitan tan sólo a las abejas sino también a aves como los colibríes, los murciélagos, las avispas, las mariposas y los escarabajos.
“Pretendemos que el gobierno haga una revisión de las moléculas que están siendo aplicadas en los cultivos, pero nuestra intención no es antagonizar con los cultivadores” afirmó Rosso. La Organización busca saber si las licencias que se otorgan a este tipo de sustancias, consideran las afectaciones sobre las abejas, y lo que está sucediendo realmente en los campos del país, ya que denuncia que existen aplicaciones exageradas de plaguicidas. “Queremos establecer los protocolos para que un productor de abejas o de miel pueda tener herramientas para saber qué hacer en caso de una emergencia por envenenamiento y cómo denunciar un caso”.
Foto: Cortesía Abdon Salazar
En las muertes masivas de abejas del Quindío en octubre de 2016, murieron 2808 colmenas; en Sucre, en diciembre de 2016, murieron unas 2500 colmenas; mientras que en Guasca unas 50 colmenas fueron afectadas. Jairo Velandia y Abdón Salazar, apicultores afectados y fundadores del Colectivo, sometieron a estudio los cadáveres de las abejas y en el análisis se hallaron trazas de Fipronil, una sustancia ampliamente utilizada tanto en agricultura como en uso veterinario.
“Tenemos reportes de muertes de abejas por parte de apicultores desde hace unos 40 años”, afirma Rosso y “en la actualidad existe una mayor disponibilidad a los pesticidas lo que hace que una abeja salga de su colmena a volar y se pierda, se afecte el ciclo reproductivo y también se produzca un proceso de enviciamiento del insecto en los cultivos tratados con sustancias llamadas neonicotinoides prohibidas en muchos lugares del mundo y que causan efectos a largo plazo sobre los polinizadores y el ambiente.”
Foto: Crédito www.es.gizmodo.com
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En medio de crisis de polinización, ahora muerte masiva de abejas por posible envenenamiento