Hasta hace unos meses el caimán aguja era una especie considerada en peligro de extinción. Ahora gracias a la autorización otorgada por los miembros de la Conferencia de las Partes sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (Cites), que se realiza por estos días en Johannesburgo, Sudáfrica, concervacionistas y cazadores del municipio de San Antero podrán utilizar estas especies que viven en la bahía de Cispatá, con fines comerciales pero garantizando su supervivencia.
Según la entidad, inicialmente se podrán comercializar hasta 200 pieles anualmente, durante los próximos cinco años. El proceso se llevará a cabo bajo supervisión de delegados del Cites y además se deben garantizar que los procesos de sacrificios de los animales no conlleven crueldad ni sufrimiento para estos animales.
“Se propone iniciar el aprovechamiento con una cuota experimental de 200 pieles anuales hasta agotar el stock (2019-2020) y posterior al inventario actual, la definición de las cuotas de comercialización se establecerá y basará en la información científica del monitoreo de las poblaciones liderará por la CVS, acompañada por las comunidades locales y con la articulación y revisión de expertos y las Autoridades CITES de Colombia”, sostiene el documento del Cites.
Cazadores podrán comercializar hasta 200 pieles anuales en los próximos cino años. / Foto: Asociación de Cazadores de Caimán en Córdoba.
Especie en peligro
El caimán aguja, fue declarado ‘especie en peligro de extinción’ a finales de la década pasada luego de que su población se redujera en más de un 70 por ciento como consecuencia de la caza indiscriminada, lo que provocó que las autoridades prohibieran su caza.
Hace cerca de dos años, con la ayuda de la Corporación autónoma regional de los valles del Sinú y San Jorge (CVS), los cazadores iniciaron el proceso para repoblar la ciénaga a través de la incubación artificial de huevos de caimán que al eclosionar, son liberados en las zonas de los manglares. Desde el inicio del proyecto hasta la fecha, se han liberado cerca de 9.000 crías en el complejo lagunar.
Fue precisamente la efectividad y continuidad de este proceso, lo que permitió que la Cites entregará el permiso para comercializar con la piel de la especie ya que así se garantiza su supervivencia.
Animalistas divididos
Luego de conocerse la noticia, el gremio de animalistas de Córdoba mostró opiniones divididas sobre el particular. Según Luis Gamboa, representante de ese gremio, “si bien es cierto que se produce un sacrificio animal. También es cierto que los procesos que se llevan a cabo para proteger esta especie han sido muy efectivos y eso ha permitido conservarla. Además sabemos que el comercio del caimán aguja es el principal sustento de cientos de familias de la zona y eso ha sido así por décadas. Entonces creo que hay que ser sensatos y entender la situación”.
Por su parte, Mariela Mejía, miembro del comité de preservación de especies acuáticas, rechazó la decisión asegurando que: “Nada que implique acabar con la vida de una animal puede ser bueno. Nosotros rechazamos la autorización porque de nada sirve decir que se va a conservar y a proteger a los caimanes cuando luego los van a sacar para matarlos. Es absurdo”.