Asesorados por un grupo de expertos, la iniciativa planteó medidas que la ciudad debe tomar para mejorar la calidad de vida de los habitantes.

Imagen de referencia. / Foto: IDU
El POT sin duda es una de las normas más importantes de las ciudades. Bogotá expedirá antes de finalizar el año el suyo. Allí se definirán las inversiones a priorizar, usos de suelo y expansión de la ciudad durante los próximos 12 años. Además tiene gran relevancia en materia ambiental pues se incluyen medidas frente a los cerros orientales, las reservas y los humedales.
A propósito de ese proceso que vive la capital, la iniciativa Bogotá Cómo Vamos, consultó a expertos para formular 60 propuestas para el POT. En la parte de sostenibilidad puso 10 temas sobre la mesa en los que resalta densificación y calidad del aire.
En primer lugar, el documento prioriza la necesidad de que la vivienda se piense con respeto a los ríos y humedales, priorizando el crecimiento de algunos de ellos como ecosistemas que sirven para la mitigación del riesgo y la prevención de desastres.
Un cambio sustancial que plantea Bogotá Cómo Vamos es el de crecimiento hacia las alturas. “Específicamente en sectores con alta cobertura de servicios públicos y movilidad que maximicen el espacio habitable, aseguren el bienestar humano y reduzcan las inequidades ambientales en los bordes de la ciudad”.
Sobre la estructura de la ciudad se hace un llamado para evitar nuevas construcciones en los cerros orientales para intentar recuperar su función ambiental. En lo que si no se compromete el documento es en sentar una posición definitiva sobre la polémica reserva Thomas Van der Hammen sino que se limita a decir que es necesaria su delimitación efectiva que preserve su conectividad y funciones.
“Los graves problemas de la calidad en todas las corrientes de agua de la ciudad resultan en un limitante para el desarrollo sostenible de la ciudad. En las riberas de las corrientes los habitantes no disfrutan de una calidad de vida adecuada debido a la alta contaminación. Es así como se debe priorizar la descontaminación de las corrientes superficiales antes del desarrollo de edificaciones nuevas en el área de influencia y respetar las zonas de inundación identificadas en el plan de ordenación y manejo de cuenca”, plantea el estudio en relación con el uso del agua.
Los expertos critican además la falta de zonas verdes que mejoren la calidad de aire y los espacios de esparcimiento de los ciudadanos. El déficit de áreas verdes y arbolado debe “ser prioritariamente abordado desde una perspectiva de distribución y acceso justo y equitativo, de manera que se promuevan disposiciones que planifiquen y ordenen el territorio urbano con mayor equidad social y justicia ambiental. Por tal motivo, es prioritario que el POT defina una línea de base, así como indicadores de evaluación y seguimiento asociados a la cantidad y calidad de áreas verdes.
De esta forma el análisis termina denunciando la baja calidad del paisaje urbano, los altos consumos de energía en iluminación, la refrigeración y ventilación por problemas de diseño y construcción ineficiente de las edificaciones, por lo que piden a las autoridades que generen incentivos para construcciones más sostenibles.