Por lo menos dos millones de vehículos privados, todos los camiones y el 30 por ciento de los autos oficiales fueron retirados de las calles de Pekín, luego de que las autoridades declararan la emergencia roja por las difíciles condiciones ambientales que afectan la ciudad debido a la densa nube de esmog.
La alerta, que estará activa hasta este jueves, incluye el cierre de escuelas públicas, la prohibición de realizar actividades al aire libre y la suspensión de la producción en varias fábricas.
Las autoridades tomaron estas medidas tras detectar niveles de entre 400 y 600 microgramos de partículas por metro cúbico. En Estados Unidos, las autoridades sanitarias consideran que niveles por encima de 100 son insalubres y mayores a 300 obligarían a declarar una emergencia sanitaria.
El Ministerio de Protección Ambiental de China envió expertos a la provincia de Henan para evaluar la necesidad de ampliar la alerta a otras regiones del país.