Dijo que el país saldría del Acuerdo de París y ambientalistas aseguran que la sostenibilidad no estaría contemplada en su gobierno.

Luego de que Jair Bolsonaro tomara ventaja en la primera vuelta de elecciones presidenciales de Brasil del pasado fin de semana sobre su oponente de izquierda, Fernando Haddad, medios de América Latina y otros países resaltaron las voces de ambientalistas que muestran su preocupación por el futuro del Amazonas con su posible gobierno.
El candidato se ha caracterizado por declaraciones polémicas de contenido racista, machista y homofóbico y por la ausencia de propuestas de sostenibilidad ambiental en su campaña. Aunque ha aceptado que el clima está cambiando de manera peligrosa, en el pasado mes de abril, cuando un periodista le preguntó en una rueda de prensa por el tema, Bolsonaro respondió que la solución era el control de la natalidad, porque el crecimiento de la población llevaba a la deforestación.
A esto se agrega que, en agosto pasado, el político dijo que haría lo mismo que Donald Trump en Estados Unidos con el Acuerdo de París. Es decir, retiraría a Brasil. Esto significaría que el país ya no estaría comprometido a reducir sus emisiones provenientes de la deforestación del Amazonas, entre otros convenios.
El candidato de ultra derecha se ha caracterizado por relegar la conservación del medio ambiente a un lugar sin importancia, algo que incluso ha generado reacciones en el gobierno actual. El ministro de Ambiente de Brasil, Edson Duarte, dijo al periódico O Estado de Sao Paulo que, si Bolsonaro sube al poder, el incremento de la deforestación será inmediato y habrá una carrera por el oro, en la cual las autoridades serán complacientes con quienes ocupen ilegalmente el territorio.
En Colombia, Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, FCDS, dice que el brasileño representaría la llegada de los grandes intereses privados brasileños y mundiales a la amazonia, lo que incluye la expansión de carreteras, de agroindustria, la explotación minera, la extracción de bosques, el debilitamiento del sistema de áreas protegidas y de sus instituciones.
Para el experto en desarrollo sostenible, quien tiene amplia experiencia en procesos de ordenamiento territorial en el Amazonas, este modelo podría tener repercusiones en los demás países de la cuenca, pues el sector privado buscaría tener las mismas “garantías jurídicas”. Es decir, que les garanticen menor inversión, menos requerimientos técnicos y sociales y más rapidez en los trámites y permisos.
“Es un pensamiento que está en la derecha latinoamericana, pero bien sintetizado en una persona del país mas poderoso de Latinoamérica. Entonces la tendencia de domino puede ser en toda la region”, concluye.
La segunda vuelta será el 28 de octubre.
La segunda vuelta será el 28 de octubre.