El informe de la ONU revela que desperdicio de alimentos sigue perjudicando la economía mundial y exacerbando el cambio climático.
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El informe, conocido como Índice de Desperdicio de Alimentos 2024, realiza un seguimiento de los esfuerzos de los países para reducir a la mitad el desperdicio de alimentos antes de 2030. En 2022, se produjeron 1.050 millones de toneladas de desperdicios alimentarios, lo que equivale a 132 kilogramos por persona y representa aproximadamente una quinta parte de todos los alimentos disponibles para el consumo humano. Del total de alimentos desperdiciados en 2022, el 60% provino de los hogares, mientras que el 28% correspondió a los proveedores de servicios alimentarios y el 12% al comercio minorista.
Los datos del informe confirman que el desperdicio de alimentos no es exclusivo de los "países ricos", ya que los niveles de desperdicio en los hogares varían muy poco en comparación con el promedio observado para países de diferentes niveles de ingresos. Además, los países más cálidos tienden a desperdiciar más alimentos por habitante en los hogares, posiblemente debido a un mayor consumo de alimentos frescos con partes no comestibles y a la falta de cadenas de frío confiables.
El informe destaca que la pérdida y el desperdicio de alimentos son responsables del 8% al 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, casi cinco veces más que el sector de la aviación, y también causan una importante pérdida de biodiversidad al ocupar aproximadamente un tercio de las tierras agrícolas del mundo. Se estima que el costo de esta pérdida y desperdicio para la economía mundial asciende a alrededor de 1 billón de dólares.
Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA, señaló que «No se trata solo de un grave problema de desarrollo, sino que las consecuencias de este desperdicio innecesario están generando costos significativos para el clima y la naturaleza. La buena noticia es que sabemos que, si los países priorizan este tema, podrán reducir sustancialmente la pérdida y el desperdicio de alimentos, mitigar los impactos climáticos y económicos, y avanzar más rápidamente hacia los objetivos globales».