La empresa de hidrocarburos Shell, creó el dispositivo, Quest, diseñado para capturar y almacenar de modo seguro más de un millón de toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año (equivalentes a las emisiones de unos 250.000 carros).
El proyecto Quest de captura y almacenamiento de carbono (CCS, por sus siglas en inglés) se inauguró en Alberta (Canadá) y fue creado gracias a la colaboración entre los sectores público y privado, cuyo objetivo es fomentar la CCS a escala mundial.
Quest aprovecha técnicas empleadas durante décadas en la industria energética e integra los componentes de la CCS para la captura, el transporte y el almacenamiento de CO2 a gran escala.
Esta es una de las pocas tecnologías que puede reducir notablemente las emisiones de carbono de los sectores industriales de la economía y además capturará un tercio de las emisiones de la planta de mejoramiento Scotford de Shell, que transforma betún de arenas bituminosas en crudo sintético que puede refinarse en petróleo y otros productos.
En la financiación del proyecto hicieron parte los Gobiernos de Alberta y Canadá que contribuyeron con 745 millones de dólares canadienses y 120 millones de dólares canadienses, respectivamente; además, la compañía también comparte públicamente información sobre el diseño y los procesos de Quest para aumentar la adopción de la CCS.