En medio de la carretera Curos – Málaga en Santander, una trabajadora social afirmó haber encontrado un oso perezoso y para evitar que fuera atropellado lo recogió y lo entregó a la Corporación Autónoma Regional de Santander, sálvando así al animal y ayudando con la protección de la especie, que se encuentra amenazada en la región, al parecer por tráfico ilegal.
El espécimen que tiene dos dedos es conocido como Choloepus hoffmani. “El oso estaba en buen estado, lo único que mostraba era su afán de irse al bosque natural”, por esta razón se tomó la decisión de realizar la liberación lo más pronto posible, afirmó Luis Emilio Atuesta, veterinario de la Corporación.
El animal presentaba buen pelaje, y su estado era óptimo según lo afirmó Natalia Gil, vocera de la Corporación. “No fue necesario llevarlo a rehabilitación” y fue liberado en inmediaciones de una reserva en el municipio de Suaita en donde habita libremente en una reserva “donde los osos se integran al bosque y encuentran nuevos congéneres para reactivar su vida natural y fomentar la conservación de su especie”, afirmó Atuesta.
Esta especie se alimenta de frutas del bosque, su cuerpo está diseñado para colgar boca abajo y así comen, duermen, se aparean y dan a luz. Debido a su metabolismo muy lento defecan y orinan una sola vez por semana.
Según la Corporación, en julio pasado una familia entregó voluntariamente una hembra de oso perezoso, en Vélez, Santander, de la misma especie que fue integrada a la reserva.
Foto: Cortesía Corporación Autónoma Regional de Santander
La Corporación afirmó que hay una amenaza sobre esta especie pues las personas en algunas ocasiones nos han manifestado que los compran por 20 mil pesos cuando son bebés. La vocera de la Corporación comentó que, se han hecho campañas para que las personas entreguen de manera voluntaria las especies amenazadas que tengan en su poder, por ejemplo “una vez nos entregaron un águila”. Además se presume que hay un tráfico de la especie de oso perezoso porque no es normal que las personas los tengan en sus casas y esto puede significar que los están comprando como mascotas.
Sus depredadores naturales son la boa constrictor y el jaguar, pero actualmente se encuentra amenazada esta especie en Centro y Suramérica, y en Colombia la principal amenaza es el tráfico ilegal de fauna silvestre y la destrucción de su hábitat.
El veterinario de la Corporación, afirmó finalmente que “todas las especies cumplen con alguna función en el medio natural y por eso debemos dejarlos en el bosque o en la montaña pues allá es donde deben estar disfrutando de su libertad, no en las viviendas como mascotas”.
La Ley 599 de 2000, del Codigo Penal, contempla los delitos contra los recursos naturales y en su artículo 328, especifica que quien introduzca, explote, transporte, trafique, comercie, aproveche o se beneficie de los especímenes, productos o partes de los recursos faúnicos, forestales, florísticos, hidrobiológicos de especie amenazada o en vía de extinción o de los recursos genéticos, incurrirá en prisión de dos a cinco años y una multa de hasta de diez mil salarios mínimos legales mensuales vigentes.
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