Directores y responsables de lugares de paso para perros callejeros en Cartagena, hicieron un angustioso llamado a autoridades y comunidad en general solicitando ayuda para poder comprar alimentos para los animales.
Catorce6 consultó la posición sobre esta problemática a la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria, Umata. Según la entidad, las ayudas a los centros de atención animal no las ha brindado la alcaldía de la ciudad, bajo la administración de Manuel Vicente Duque, porque no hay recursos ni un presupuesto establecido para ellos. De acuerdo con la Umata, en Cartagena existen cerca de 15 centros de paso y atención a animales que reúnen alrededor de 8.000 caninos.
Se necesitan en promedio 200.000 pesos diarios para comprar los alimentos, unos 6.000.000 al mes. /Foto: Fundación Ángeles con Patas
La difícil situación económica que atraviesan estas entidades, afecta a cerca de 400 caninos que son atendidos en estos centros, la mayoría de ellos en malas condiciones de salud, por lo que la alimentación es fundamental en su recuperación.
“Hoy es un día más de los muchos que vivimos aquí en la Fundación Ángeles. Nosotros no contamos con más ayudas más que la de aquellas personas de buen corazón que aportan una pequeña cuota para poder comprar el concentrado”, dijo Marta Bonilla, directora de la fundación.
Según los afectados por esta situación, cada día se necesitan en promedio 200.000 pesos para adquirir el alimento para los animales. En un mes, esta cifra alcanza los 6.000.000 de pesos y no pueden asumirla. Bonilla expreso que “numerosos animales llegan con problemas de salud, desnutrición e infecciones y no contamos con los concentrados especiales para su consumo o con medicamentos para curarlos por los sobre costos que implica”.
Líderes de fundaciones para animales agregaron que ya han presentado el proyecto de ayuda a varias empresas privadas de la ciudad pero hasta el momento ninguna ha manifestado su intención de querer ayudar.
“Parece que en esta ciudad nadie se interesa por los animales. Hay empresas que están en capacidad de ayudar. No es por el dinero en sí mismo, sino porque esa ayuda puede significar salvar una vida y ese es el fin más importante”, concluyó Marta Bonilla.