El New York Times ha destacado este nuevo atractivo turístico del Caribe colombiano como uno de los mejores destinos para visitar en 2025.
/AmaWaterways/
La empresa AmaWaterways lanzará dos cruceros de lujo que recorrerán la región Caribe, con salidas programadas desde Cartagena y Barranquilla. Este proyecto ha sido catalogado como un hito para el turismo colombiano y es tambien el resurgir del turismo de lujo en las aguas del rio Magdalena que se dió en las décadas del 40 y 50 del siglo XX. El mayor protagonista para la experiencia de lujo fue la embarcación a vapor "David Arango" de la Naviera Fluvial Colombiana que ofrecía orquestas y gastronomía aunque había otros que componían la oferta fluvial que documentó en Nobel García Marquez en varias de sus obras.
El proyecto turístico actual en el río Magdalena promete ofrecer un recorrido de 725 kilómetros desde y hacia Cartagena y Barranquilla, aprovechando que, de los 1.550 kilómetros que conforman el río, 1.092 son aptos para la navegación, según datos del Ministerio de Transporte.
/AmaWaterways/
El AmaMagdalena, el primer crucero de la compañía inició su recorrido el pasado 15 de marzo, mientras que el AmaMelodia tiene previsto comenzar sus viajes en junio de 2025. Con capacidad para 60 y 64 huéspedes, respectivamente, estas embarcaciones recorrerán nueve municipios, entre ellos Mompox, San Basilio de Palenque y Nueva Venecia, zonas de gran riqueza cultural y ecológica.
El proyecto ha recibido el respaldo de diversas autoridades locales, incluido el Gobernador de Bolívar, Yamil Arana, quien ha resaltado la importancia de fortalecer un turismo diversificado que genere beneficios directos para las comunidades. Además, el New York Times ubicó este recorrido por el Caribe colombiano en el puesto 17 de su lista de los mejores destinos del mundo para 2025, destacando su relevancia cultural y ambiental.
En términos legales, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) ha indicado que la navegación fluvial en Colombia no requiere licencias ambientales. Sin embargo, los proyectos deben contar con las autorizaciones pertinentes emitidas por las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) para operar en los puertos asignados. En este caso, la iniciativa ya dispone de los permisos otorgados por Cormagdalena, lo que garantiza la operación de cruceros en las terminales fluviales del río Magdalena.
El río Magdalena ha sido fundamental para la economía y el turismo en Colombia, pero también ha sido un escenario clave para la exploración científica. José Celestino Mutis, en el siglo XVIII, y Alexander von Humboldt, en el siglo XIX, documentaron su biodiversidad y riqueza natural, contribuyendo al conocimiento global sobre sus ecosistemas.
El nuevo proyecto de cruceros por el Magdalena no solo podrá impulsar la economía y la cultura, sino que también podría fomentar la investigación ambiental. Este recorrido ofrecerá una oportunidad para que científicos monitoreen la salud del río, evalúen el impacto de las aguas residuales urbanas y del turismo y desarrollen estrategias de conservación. Asimismo, el contacto con comunidades locales permitirá rescatar conocimientos tradicionales sobre la ecología del área.
De esta manera, el turismo fluvial no solo revaloriza la riqueza natural y cultural del Magdalena, sino que también puede convertirse en una herramienta clave para su protección y estudio.
Si bien los cruceros en el río Magdalena prometen iniciar una nueva era para el turismo fluvial en Colombia, los ecosistemas y el mar Caribe siguen viendose afectados por la falta de tratamiento integral y del 100% del caudal de las aguas residuales de las ciudades de Colombia desde Popayan, Cali, Bogotá, Medellin, Bucaramanga, Barrancabermeja entre muchas otras poblaciones que vierten sus aguas residuales al río Magdalena o a sus tributarios.
La clave será encontrar un equilibrio entre el crecimiento del sector turístico y la descontaminación de las aguas residuales y la conservación del patrimonio natural del país, garantizando que el desarrollo económico y social no comprometa la biodiversidad ni los recursos hídricos de la región.