Miércoles, 23 Abril 2025

Resulta increíble pensar que las pilas y baterías desechables que usamos en casa pueden generar un beneficio al medio ambiente, debido a que estas herramientas contienen metales altamente contaminantes como mercurio, cadmio, manganeso, níquel y zinc. Razón por la cual se insiste en que no sean arrojadas a la basura con los demás elementos, pues puede tener efectos gravísimos cuando se entran en contacto con el agua y el suelo.

Pero ahora todos los elementos químicos de las pilas pueden ser usados en la agricultura, como lo asegura la docente Luz Marina Ocampo Carmona, del Departamento de Ingeniería de Materiales de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional. Según Ocampo  “las pilas sin carbono y alcalinas (que representan el 90% de consumo)  tienen zinc, hierro y óxido de manganeso, los cuales se cree que quedan ahí cuando la vida útil de estas herramientas se acaba. La idea es recuperar esos  metales y convertirlos en productos agroquímicos”. 

La docente explica que después de un proceso de recolección, trituración en molinos, lixiviación y separación de los materiales, las baterías podrían dar el paso de dañar a beneficiar el medio ambiente. Esta labor no es imposible si se tiene en cuenta que con la política de posconsumo, las industrias deben recuperar el 4% de la totalidad de las baterías que ofrecen al mercado.

La Universidad Nacional en Medellín, trabaja para recolectar todas las baterías y lograr ser pioneros en consolidar una planta de reciclaje de pilas para fines agroquímicos. Si bien en muchas partes del mundo ya existen, en Latinoamérica sería una oportunidad de ahorro para las empresas; pues los procesos de cementación están costando hasta 1.600 pesos por kilo del material enterrado. 

La consolidación de este proyecto sería una novedad para la agroindustria del país y generaría un maravilloso impacto al medio ambiente.

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