El país se evitaría casi 6.000 muertes en los próximos años si sus grandes capitales usaran medios de transporte eléctricos, según un estudio de ONU y Move Latam.

Un estudio lleno de cifras fue lanzado en las últimas horas por el departamento de la ONU dedicado a temas ambientales. Cifras que son todas alarmantes y que advierten sobre las muertes asociadas a la contaminación que generan los transportes públicos de 22 ciudades en 12 países de América Latina.
Pero no solo se hablan de vidas, también de plata. Por ejemplo si la totalidad de buses y taxis de las más de dos docenas de ciudades fuera reemplazada por vehículos eléctricos, en 13 años se ahorrarían más de 64.000 millones de dólares en combustibles y se reducirían 300 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono.
La transición hacia la movilidad eléctrica en el transporte público en las 22 ciudades ayudaría además a evitar la muerte prematura de más de 36.500 personas debido a enfermedades respiratorias asociadas a la calidad del aire.
A través de un mapa interactivo se aplicaron las estadísticas en 4 ciudades principales de Colombia (Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla) arrojando resultados muy interesantes:
Si hoy mismo las cuatro ciudades migraran al transporte público eléctrico (como caso hipotético) para el año 2030 se evitarían cerca de 6.000 muertes distribuidas así: Bogotá 3.455, Medellín 773, Barranquilla 724 y Cali 601.
Catorce6 tomó los resultados más importantes del estudio y realizó el comparativo de cómo mejoraría el panorama en el continente en materia de vidas humanas y gasto de combustible.

Otro resultado relevante muestra la prevalencia de los taxis sobre los buses en materia de contaminación. En las cuatro ciudades los vehículos amarillos generan actualmente 2.37 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono (CO2eq), mientras que los buses son responsables de 2.08 millones de toneladas del contaminante. Eso quiere decir que el transporte público está generando cerca de 4.5 millones de toneladas de CO2 al año.