Los estudios fueron realizados en los Estados Unidos, pero aplican a todas las regiones del mundo.
Según un estudio de la revista SciDev, existe una relación directa entre la exposición a contaminantes atmosféricos y la desmineralización ósea en el ser humano, sobre todo en adultos mayores y personas de bajos ingresos.
Inicialmente la investigación tomó datos de las hospitalizaciones por osteoporosis en el periodo comprendido entre los años 2003 a 2010, lo que arrojó un total de 9.2 millones de pacientes de más de 65 años a lo largo de la costa Atlántica. Posteriormente se contrastó con la información de concentración anual de partículas de material contaminante menor a 2.5 micras (MP2,5) en las áreas analizadas.
Foto tomada de www.ejinsight.com
El estudio concluyó que se presentó un aumento de las hospitalizaciones por enfermedades óseas en los lugares donde se encontraba 4.18 microgramos de MP2.5. Situación que se agrava en las poblaciones de bajos ingresos, porcentaje muy similar a los riesgos de salud asociados a la contaminación como los infartos cardiacos y accidentes cerebrovasculares.
“Los resultados sugieren que los causantes son las MP2.5 o el carbono negro, que es el humo negro de los vehículos, o el que sale de las estufas de leña, o el que generan los incendios forestales y las chimeneas industriales”, dijo Diddier Prada, científico mexicano.
Sumado a esto, se analizaron los hábitos de vida y la salud musculoesquelética de 692 personas de bajos ingresos de 30 a 79 año, para descubrir que las personas que residen en zonas con mayor concentración de MP2,5 y carbono negro presentan una mayor reducción de densidad mineral ósea.
Esta investigación permitió identificar una relación entre la contaminación del aire y la osteoporosis. Así lo indica el científico explica Bruce Y. Lee, al afirmar que “los metales pesados en el aire como el plomo, cadmio y mercurio se meten en tus huesos y pueden ser tóxicos, afectar la absorción de Vitamina D, suprimir osteoblastos y osteoclastos”.
Esta investigación fue publicada en The Lancet Planetary Health y fue liderada por investigadores de las universidades de Harvard, la Autónoma de México y el Instituto Nacional de Cancerología de México.
Inicialmente la investigación tomó datos de las hospitalizaciones por osteoporosis en el periodo comprendido entre los años 2003 a 2010, lo que arrojó un total de 9.2 millones de pacientes de más de 65 años a lo largo de la costa Atlántica. Posteriormente se contrastó con la información de concentración anual de partículas de material contaminante menor a 2.5 micras (MP2,5) en las áreas analizadas.

El estudio concluyó que se presentó un aumento de las hospitalizaciones por enfermedades óseas en los lugares donde se encontraba 4.18 microgramos de MP2.5. Situación que se agrava en las poblaciones de bajos ingresos, porcentaje muy similar a los riesgos de salud asociados a la contaminación como los infartos cardiacos y accidentes cerebrovasculares.
“Los resultados sugieren que los causantes son las MP2.5 o el carbono negro, que es el humo negro de los vehículos, o el que sale de las estufas de leña, o el que generan los incendios forestales y las chimeneas industriales”, dijo Diddier Prada, científico mexicano.
Sumado a esto, se analizaron los hábitos de vida y la salud musculoesquelética de 692 personas de bajos ingresos de 30 a 79 año, para descubrir que las personas que residen en zonas con mayor concentración de MP2,5 y carbono negro presentan una mayor reducción de densidad mineral ósea.
Esta investigación permitió identificar una relación entre la contaminación del aire y la osteoporosis. Así lo indica el científico explica Bruce Y. Lee, al afirmar que “los metales pesados en el aire como el plomo, cadmio y mercurio se meten en tus huesos y pueden ser tóxicos, afectar la absorción de Vitamina D, suprimir osteoblastos y osteoclastos”.
Esta investigación fue publicada en The Lancet Planetary Health y fue liderada por investigadores de las universidades de Harvard, la Autónoma de México y el Instituto Nacional de Cancerología de México.