Ricardo Mora Goyes M.Sc.
(Experto en gestión integrada de cuencas / Environmental Management Foundation)
Los efectos planetarios del cambio climático, en particular aquellos como la sequía y los incendios de coberturas vegetales, agravados por la presencia del fenómeno de El Niño, consecuencias devastadoras como el desabasteciendo de agua potable y las enormes pérdidas económicas en el sector agropecuario, nos convocan a reflexionar sobre las estrategias de gestión que debemos implementar de manera urgente en nuestros territorios.
El enfoque de cuencas hidrográficas nos permite acercarnos a este objetivo común como parte esencial de una estrategia de gestión ambiental territorial que permita enfrentar estas nuevas amenazas planetarias. El mundo cuenta con 260 cuencas hidrográficas internacionales, que abarcan el 50% de su superficie y contienen cerca del 60% de los caudales de agua dulce del planeta, abasteciendo a un 40% de la población mundial.
En estos términos, hablar de gestión de cuenca cooperativa transfronteriza es hablar de beneficios ambientales para la cuenca, de beneficios económicos de la cuenca y de beneficios políticos gracias a la cuenca. Es poner en marcha mecanismos para que las sinergias en todas las escalas espaciales vayan más allá de las riberas de los ríos, incluyendo todo el territorio de la cuenca compartida (páramos, bosques, humedales, cultivos, zonas pecuarias e industriales, asentamientos humanos, etc.). Con ello se espera que los beneficios surgidos de las alianzas entre actores locales, regionales, nacionales o internacionales apunten a la búsqueda de in tereses colectivos que se traducen en un bien común.
El objetivo fundamental de este enfoque, a escala de cuenca hidrográfica, es que desde una planificación territorial integral, participativa, concertada y prospectiva podamos pensar colectivamente hacia la priorización de acciones de corto, mediano y largo plazo. Es el momento de mantener el enfoque de integración transfronteriza; esto significa ir más allá de las posibles tensiones propias de las asimetrías políticas, económicas, sociales y ambientales, o de aquellos conflictos relacionados con las relaciones históricas geoespaciales entre habitantes de la cuenca.
“Hablar de gestión de cuenca cooperativa transfronteriza es hablar de beneficios ambientales para la cuenca, de beneficios económicos de la cuenca y de beneficios políticos gracias a la cuenca”
En este sentido, la gestión cooperativa en el marco de las cuencas compartidas deberá constituirse en una plataforma sólida de negociación entre partes, que pueda superar de manera oportuna los conflictos coyunturales, y proyectar escenarios de mayor confianza para que los cooperantes puedan acompañar los procesos concertados.
El llamado urgente es a que todos los ciudadanos, como habitantes de cuenca, inicien en todo el territorio nacional las negociaciones que permitan desarrollar, desde una postura colectiva, esa planificación estratégica y prospectiva sobre ese escenario futuro, con alcances generacionales.
Es necesario que la gestión en cuencas hidrográficas compartidas con enfoque territorial sea holística, flexible, dinámica y potencialmente adaptable a las escalas espaciales y temporales, y a las necesidades de los usuarios actuales y futuros.
Afrontar el cambio climático y adaptarnos inteligentemente a él nos compromete a superar las fronteras territoriales, a dejar la individualidad y a jugar todos en el mismo equipo... ¡Manos a la obra! ¡No hay tiempo que perder!