Un grupo de científicos canadienses plantean la idea de utilizar excrementos humanos como fuente de recursos económicos para las poblaciones más pobres del planeta, convirtiendo los desechos en energía.
Los expertos de las Naciones Unidas y el Instituto para el Agua, Medioambiente y Salud de la ONU dijeron que la propuesta también tiene grandes beneficios medioambientales, sociales, sanitarios y cifró en 9.500 millones de dólares al año el valor del biogás que se produciría aprovechando todos los excrementos generados por la población mundial.
La propuesta se basa en el uso de sistemas de digestión anaeróbica, que aprovechan la descomposición de material orgánico por bacterias que viven en ambientes en los que no existe oxígeno; este proceso genera dos productos, el primero es un biogás, metano en un 60 por ciento, y el segundo es estiércol, con una elevada cantidad de nutrientes, el cual puede ser utilizado como fertilizante o secado y utilizado como combustible.
"Hemos explorado los beneficios sanitarios, medioambientales y económicos, especialmente en pequeñas comunidades de Uganda. Lo vemos como una solución práctica para el desarrollo sostenible", afirmó la científica Corinne Schuster-Wallace, principal autora del estudio.
Los investigadores también afirmaron que el biogás producido a partir de excrementos humanos podría generar electricidad para alimentar 138 millones de hogares, el equivalente a los existentes en Indonesia, Brasil y Etiopía de forma combinada; además, la utilización del estiércol, una vez secado y calcinado, produciría 2 millones de toneladas de un combustible similar al carbón vegetal.