Sábado, 15 Marzo 2025
Detectar los síntomas tempranamente puede ayudar a planificar un tratamiento, aunque se trata de una enfermedad que no tiene cura.

demenciachica                                                                                    Foto: Pixabay.com


Pocos adultos mayores son sometidos a exámenes para ver si muestran signos de confusión o de pérdida de memoria durante sus visitas médicas de rutina, según un informe presentado por la Asociación del Mal de Alzheimer que plantea interrogantes acerca de cómo detectar esa enfermedad.

La mitad de los ancianos consultados en un informe dado a conocer la presente semana, dijeron haber tocado alguna vez el tema con sus médicos y menos de una tercera parte afirmó haber sido sometido a exámenes para detectar problemas cognitivos, que pueden ser un síntoma de Alzheimer.

Solo el 16% dijo que es sometido a evaluaciones cognitivas.

Muchos ancianos dicen que notan cambios en sus facultades mentales, pero “la mayor parte de las veces esperan que el médico plantee el tema”, indicó la portavoz de la Asociación de Alzheimer Joanne Pike.


¿Por qué es importante?

Unos 50 millones de personas tienen demencia en todo el mundo y el Alzheimer es la manifestación más frecuente. El mal germina en el cerebro por décadas antes de que los síntomas se hagan visibles. No tiene cura. Los tratamientos de hoy solo alivian los síntomas, sin impedir el progreso de la enfermedad.

Sin embargo, es importante estar pendientes de los indicios de una declinación de las facultades mentales. Es normal que con el correr de los años, surjan problemas con la memoria y la gente se olvide de dónde dejó las llaves, pero deterioros más importantes de la memoria, las facultades cognitivas y el comportamiento requieren atención médica.

Esos síntomas pueden ser producto de cosas tratables, como apnea del sueño, depresión o reacción a algún medicamento.


¿En qué consiste una evaluación cognitiva?

Los médicos buscan por síntomas de algún impedimento al revisar al paciente, le preguntan si percibe algún cambio y también a cualquier acompañante si tiene alguna inquietud, acto seguido el médico puede hacer una prueba, como pedirle al paciente que recuerde una lista corta de palabras o que dibuje un reloj que marca determinada hora.
 
Pruebas escritas a menudo revelan déficits sutiles, pero son demasiado simplistas como para descartar problemas en personas que funcionan al máximo. Al mismo tiempo, una puntuación baja tampoco implica que haya un problema realmente. Para llegar a esa conclusión hacen falta exámenes más sofisticados.


¿Por qué no todos los pacientes son sometidos a exámenes?

Este tipo de exámenes generalmente no son un requisito y a menudo una persona es sometida a una prueba cognitiva sin que se dé cuenta, de acuerdo con la doctora Sumi Sexton, de la Facultad de Medicina de la Universidad Georgetown.

La conversación con el médico puede indicar que el paciente es una persona activa, que se maneja bien. O el médico puede darse cuenta de que el paciente está tomando medicinas que le generan déficits cognitivos y cambia de medicina. Luego espera a ver si eso resuelve los problemas antes de buscar otras posibles causas.

“Todos estamos pendientes de los problemas con la memoria”, dijo Sexton, añadiendo que el hecho de que no se hagan muchos exámenes responde en parte a que las charlas sobre ese tema toman tiempo y los consultorios están cada vez más atestados.


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