El agua es fundamental en el metabolismo y en todo el funcionamiento del organismo, sin embargo, tomar de más puede traer problemas.

La deshidratación es un estado con el que las personas lidian frecuentemente, bien sea por la pérdida de líquido durante la actividad física o en medio de altas temperaturas. Hidratarse de forma adecuada mejora la temperatura corporal, activa las funciones del cerebro y previene la fatiga. También ayuda a mantener la piel hidratada, producir los fluidos corporales necesarios como lágrimas y saliva, y remover desechos a través del sudor, la orina y la materia fecal. Pero ¿qué pasa cuando se bebe agua de más?
La sobre hidratación no es tan común como la deshidratación y, para evitar esta descompensación por exceso de agua, se debe tomar de acuerdo al gasto energético que pueda tener una persona.
Según Sergio Nicolás Rubiano, médico especialista en urología de la Clínica de la Universidad de la Sabana, no es lo mismo la cantidad de agua que puede tomar un niño a la que puede tomar un adulto, por ejemplo. “Hay que tener en cuenta la superficie corporal, el peso y talla de la persona, y la actividad a la que se dedica”, afirma, pues no es lo mismo alguien con un trabajo sedentario a una persona que esté a altas temperaturas, como un trabajador de un campo petrolero, ubicado en un sitio a 30 grados centígrados.
Rubiano explica que es indispensable compensar el gasto urinario y las pérdidas insensibles, como la sudoración, para que el cuerpo permanezca hidratado. No obstante, ir más allá puede empezar a presentar ciertos síntomas de sobre hidratación. “Si el tubo digestivo lo llenas de agua, los alimentos se alteran y se puede ver la afectación en la digestión”, comenta y señala que se busca el equilibrio entre el agua y los electrolitos, los minerales en la sangre.
El exceso de agua puede provocar la dilución de los electrolitos, como el sodio y el potasio. “Ese líquido de pronto no permite la absorción de otros componentes o de otros alimentos nutritivos que existen en los alimentos, porque los está lavando permanentemente, en estómago e intestino”, explica el urólogo.
Este fenómeno da lugar al mito de que beber agua adelgaza, cuando lo cierto es que sí puede bajarse de peso, pero porque el organismo no está absorbiendo los nutrientes que necesita y esto genera diversos trastornos digestivos y cambios nutricionales.
¿Cuáles son los síntomas?
Cuando se disminuye el sodio en la sangre, se generan cambios. Se empieza a sentir somnolencia, adormecimiento y trastornos en la atención. También, la sobrecarga de trabajo en los riñones puede generar dolor de cabeza por la presión de la actividad en el cerebro, puede generarse acumulación de líquidos en la zona inferior de las piernas, náuseas e hinchazón.
Los primeros síntomas descritos pueden ser de una baja concentración de sodio en la sangre. “Cuando esto sucede, los niveles de agua de tu cuerpo aumentan y las células comienzan a hincharse. Esta hinchazón puede provocar desde problemas leves hasta problemas que ponen en riesgo la vida”, según explican en la Mayo Clinic, institución estadounidense, referente mundial en salud.
En una instancia también delicada, una sobrecarga de líquidos en el organismo puede afectar el sistema cardiovascular. “Tienes que tener presente cómo está tu función cardiaca”, dice el urólogo Rubiano y aconseja consultar con un médico sobre cuál es el consumo adecuado de agua y, así, evitar pecar por exceso.