La Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética de España junto a Cosmetics Europe recomiendan reducir microparticulas sólidas sintéticas no biodegradables.
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Muchas compañías españolas de cosmética se han comprometido con la preservación del medio ambiente, toda vez que la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética STANPA lleva tiempo alertando sobre lo nocivo de los vertidos de plásticos no degradables en el mar.
Tal y como señala STANPA sólo el 0’1-1’5% de la cantidad total de microplásticos presentes en el medio marino proviene de la cosmética, que emplea microesferas de plástico en algunos productos que se retiran con agua, como los exfoliantes.
Estudios realizados por los científicos Cyndee Gruden y Olga Mileyeva-Biebesheimer, revelan también que las nanopartículas que se añade en la actualidad a los cosméticos, cremas y otros productos para el cuidado personal, pueden ser perjudiciales para la salud y el medio ambiente al afectar negativamente a bacterias que son necesarias para la vida.
La preocupación por el efecto que causan en el medioambiente está al alza y las marcas se han puesto en marcha: “El 76% de los productos lanzados o renovados por L’Oréal en 2017 mejoraron su perfil sostenible. Para 2020 serán el 100%”, reconocen desde el gigante francés.
Catorce6 le cuenta 7 de esos cosméticos que podría evitar usar.
1. Parabenos: pueden ser los que tiene mayor impopularidad. Se debe a su capacidad para actuar en el cuerpo como hormonas “miles y millones de veces más débiles que la actividad de las hormonas naturales”. Presentes tradicionalmente en gran cantidad de productos cosméticos (aunque también en alimentación o medicamentos, con la particularidad de que los cosméticos no se ingieren) por su función como conservante anti microbios y su precio bajo, es fácil dar con estos en productos que incluyen agua en su composición, como champús, geles, lociones, desodorantes y muchas cremas.
2. Micropartículas de plástico: estas micropartículas por ejemplo, los contienen los productos exfoliantes que no usan grano de origen natural para arrastrar las impurezas, son demasiado pequeñas para poder filtrarlas y llegan al mar habitualmente a través de las aguas residuales. Además de poner en peligro la vida de los animales y contaminar el agua con los químicos que pueden albergar dentro, puede causar daños a las personas que coman pescado que a su vez ha ingerido estos microplásticos.
3.Triclosán: este ingrediente se encuentra en diferentes productos, actuando como agente desinfectante antibacteriano y fungicida. Las indicaciones legales a chequear en el etiquetado, según el Comité Científico de Seguridad de los Consumidores son, para pastas de dientes, jabones de manos, corporales y geles de ducha, desodorantes (no en aerosol), polvos compactos, maquillajes y productos para la higiene de las uñas.
4.Oxibenzona y octinoxato: están presentes en gran cantidad de los filtros solares del mercado y su uso se considera dañino para el entorno marino. Tanto, que el estado norteamericano ha prohibido su uso ya que la avalancha turística de baño sus playas está afectando a estos animales.
5.Siliconas: usado en muchos productos para el cabello o faciales, tienen la capacidad de retener la hidratación, absorber la grasa y aportar cuerpo, pero no permiten que el poro respire y su uso, en sus tipos D4 (ciclotetrasiloxano) y D5 (ciclopentasiloxano), por su alta toxicidad con el medio marino, ya han sido restringidos legalmente en Europa.
6. Fragancias sintéticas: aún por recibir el aprobado por parte de la comunidad científica, el perfume a base de fragancias sintéticas podría desprender al aire compuestos que contribuyen a generar ozono malo y a la contaminación atmosférica.
7.Aceite de palma: Aunque en caso de contacto con la piel su peligro es nulo, no hay toxicidad, la forma de perjudicar al medio ambiente tiene que ver con cómo se extrae y con el problema de la deforestación. Para conseguirlo, se han sustituido bosques -principalmente en Malasia e Indonesia, donde se da el 80% de su producción-, cargándose así su biodiversidad y con las graves consecuencias que esto genera respecto al cambio climático.