Según el organismo internacional, todo el continente se encuentra en alerta por haberse revertido el descenso de las cifras que duró más de una década.
Una nueva actualización epidemiológica de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), división de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda a los países de las Américas fortalecer las acciones de vigilancia y control de la malaria tras un aumento en el número de casos en varios países de la región durante 2016 y 2017.

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La recomendación tiene lugar tras casi una década (2005-2014) de descenso sostenido en el número de casos de malaria en la región, que ahora se ha revertido. Nueve países (Colombia, Ecuador, El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá y Venezuela) notificaron en 2016 un aumento de casos, y el año pasado, cinco países (Brasil, Ecuador, México, Nicaragua y Venezuela) reportaron un incremento.
Sin embargo el organismo internacional prendió las alarmas respecto a Colombia pues el reciente boletín advierte que “la costa pacífica de Colombia y la región amazónica de Perú están entre las áreas con mayor transmisión de malaria en la región y presentan desafíos para el control de la enfermedad”.
Algunos casos han llamado también la atención de la OMS: En Venezuela, el Centro Nacional de Enlace para el Reglamento Sanitario Internacional notificó a la OPS que entre la semana 1 y 42 de 2017 se registraron 319.765 casos de malaria, un aumento respecto a los 240.613 casos reportados en 2016.
Por su parte, Brasil notificó 174.522 casos de malaria entre enero y noviembre de 2017 en la región Amazónica, lo que representa una alza con respecto a los 117.832 casos reportados en 2016. En Centroamérica, el incremento de casos se registró en Nicaragua, donde los casos notificados pasaron de 6.209 en 2016 a 10.846 en 2017.
La actualización, que se centra en los países donde hubo incremento en el último año, no menciona la situación en otros países que reportan un número importante de casos de malaria. La costa pacífica de Colombia y la región amazónica de Perú están entre las áreas con mayor transmisión de malaria en la región y presentan desafíos para el control de la enfermedad.
A principios de 2017 la OPS alertó a los países de la región sobre el riesgo de brotes, aumento de casos y defunciones en áreas endémicas, así como sobre el posible restablecimiento de la enfermedad en áreas en las que se había interrumpido la transmisión.
“Si bien los Estados Miembros de la OPS realizaron esfuerzos en respuesta a dicha alerta, el incremento de casos durante 2017 denota la persistencia de los condicionantes y brechas en la respuesta”, concluyó la organización en la actualización epidemiológica.