Krasnoyarsk, con un millon de habitantes, es una de las ciudades más contaminadas de Rusia.
Ciudadanos de Krasnoyarsk decidieron medir la contaminación, al ver que la autoridad no hace nada por controlarla. Con un millón de habitantes y decenas de industrias, entre ellas una de las mayores fábricas de aluminio del mundo, Krasnoyarsk es una de las ciudades más contaminadas de Rusia, según un reciente informe del Ministerio de Ecología.

Pero como a nivel local las investigaciones sobre la calidad del aire no avanzan, algunos ciudadanos, decidieron medir ellos mismos las tasas de contaminación. "Una niebla cubre regularmente Krasnoyarsk, la gente tiene problemas para respirar, pero los servicios meteorológicos aseguran que la tasa de elementos nocivos no supera las normas", afirma Igor Shpekht, un informático de 34 años, quien ha liderado el movimiento.
"A causa de esta incoherencia, tenemos la impresión de que nos engañan. Tras varios años de inacción del ministerio de Ecología y los servicios meteorológicos locales, hemos decidido medir nosotros mismos los índices de contaminación", explica. Para lo cual, Igor Shpekht, instaló siete aparatos, fabricados en Francia, para medir las partículas PM 2.5 y publica las medidas en tiempo real en la página web krasnoyarsknebo.ru. Los resultados muestran de forma reiterada niveles superiores a las normas, y a veces, muy por encima.
El proyecto de los residentes de Krasnoyarsk provocó en un primer momento la indignación de las autoridades rusas, que suelen desconfiar de las iniciativas individuales. Los servicios meteorológicos locales demandaron a Shpekht por haber evaluado la contaminación "sin licencia". "Los habitantes pueden medir la tasa de contaminación, pero, según la ley, no tienen el derecho de publicar estos datos en internet", explicó la portavoz del departamento meteorológico en Krasnoyarsk, Oksana Salnikova. La especialista reconoció sin embargo que su servicio, desprovisto de financiación, no disponía de equipos para medir los niveles de las partículas PM2,5.
El presidente Vladimir Putin, en visita a Krasnoyarsk el 7 de febrero, ordenó a las autoridades locales elaborar lo antes posible un plan para mejorar la situación ecológica.
El proyecto de los residentes de Krasnoyarsk provocó en un primer momento la indignación de las autoridades rusas, que suelen desconfiar de las iniciativas individuales. Los servicios meteorológicos locales demandaron a Shpekht por haber evaluado la contaminación "sin licencia". "Los habitantes pueden medir la tasa de contaminación, pero, según la ley, no tienen el derecho de publicar estos datos en internet", explicó la portavoz del departamento meteorológico en Krasnoyarsk, Oksana Salnikova. La especialista reconoció sin embargo que su servicio, desprovisto de financiación, no disponía de equipos para medir los niveles de las partículas PM2,5.
El presidente Vladimir Putin, en visita a Krasnoyarsk el 7 de febrero, ordenó a las autoridades locales elaborar lo antes posible un plan para mejorar la situación ecológica.