Un desafortunado y casual encuentro con una 'mapaná' le costó la vista a un campesino en una finca del municipio de Piojó, Atlántico.
La víctima del mortal ataque fue un campesino identificado como Jhaiser Yaya. Según los familiares, el hombre de 34 años se encontraba haciendo labores de limpieza en una zona de maleza en la finca en la que trabajaba como capataz y al agacharse a recoger sus herramientas fue mordido por el réptil que le clavó sus colmillos en el brazo derecho y le inoculó el veneno.
“Nosotros estábamos comiendo cuando escuchamos el grito y cuando lo vimos tenía la serpiente prendida del brazo y el intentaba sacudirse. Después de eso lo llevamos al puesto de salud en donde no tenían el antídoto para el veneno y hasta el día siguiente le dieron traslado a Barranquilla. Sin embargo cuando llegó allá ya era tarde y el veneno había hecho efecto y le produjo un paro”, señaló José Yaya, padre de la víctima.
La especie conocida como 'Mapaná raboseco' contiene un potente veneno que ataca la sangre y los tejidos. Junto a la 'Cascabel', son las dos especies de víboras que habitan en el Atlántico / Foto: Crédito: El Heraldo
Según Armando Lora, biólogo y operario de la Secretaría de Salud del Atlántico, el réptil que atacó a Yaya, hace parte de la familia de víboras y es conocido en la zona como ‘Mapaná Raboseco’, que junto a la ‘Cascabel’ son las dos especie de víboras que se encuentran en el departamento y cuyo veneno es altamente toxico y es necesaria atención médica tras sufrir la mordedura.
“Este tipo de réptil, al igual que otras víboras contiene un veneno extremadamente potente. Sus toxinas atacan la sangre y la convierten en una especie de gelatina que no puede circular de forma correcta por las arterias y causa una falla cardiaca. Además su acción ataca y descompone rápidamente los tejidos produciendo necrosis en la zona de la mordedura. Infortunadamente esta persona no recibió la atención medica de forma oportuna y falleció”, expresó.
Lora confirmó que este el primer caso de muerte por mordedura de serpiente en el departamento en 18 años, ya que los casos de ataque de ofidios no son muy comunes. “Si hemos tenido registro de mordeduras de serpiente en el departamento, incluso hace alrededor de 5 años a una mujer le tuvieron que amputar la pierna porque la mordedura le estaba pudriendo esa extremidad, pero hasta el día de hoy no registrábamos muerte por esa causa. De hecho, en nuestros expedientes, el último caso conocido se presentó en octubre de 1999”, concluyó.