Sábado, 26 Abril 2025
Durante la Asamblea de la ONU Medio Ambiente, en Nairobi, se advirtió que la tendencia va en contravía de lo compromisos adquiridos para 2020, los cuales ya no se cumplirán.

quimicospixa                                                                                                                      Foto: Pixabay.com


Los países no cumplirán con el objetivo acordado de minimizar los impactos adversos de los productos químicos y los residuos para 2020, lo que significa que se requieren medidas urgentes para reducir daños aún mayores en la salud humana y las economías, según lo advirtió la oficina de las Naciones Unidas, en marco de la Asamblea sobre Medio Ambiente que se cumple en la capital de Kenia.

Pero la noticia no solo es que los países no cumplieron lo acordado, sino que además la curva de uso de estos productos está disparada: el informe concluye que la capacidad de producción química actual de 2.300 millones de toneladas, valorada en US$ 5 billones de dólares anuales y que se duplicará para 2030.

A pesar de los compromisos para maximizar los beneficios y minimizar los impactos de esta industria, sustancias químicas peligrosas continúan siendo liberadas al medio ambiente en grandes cantidades. Son omnipresentes en el aire, el agua, el suelo, los alimentos y los seres humanos.

La Organización Mundial de la Salud estimó que un conjunto de productos químicos seleccionados cobró más de 1,6 millones de vidas solo en 2016, lo que probablemente sea una subestimación. La contaminación química también amenaza una gama de servicios ecosistémicos.

Se espera que el mercado de productos químicos en el sector de la construcción crezca 6,2% anual, entre 2018 y 2023. Mientras tanto, la producción y el consumo de los productos químicos se está desplazando a las economías emergentes, en particular a China. Se prevé que la región de Asia y el Pacífico acogerá más de dos tercios de las ventas mundiales para 2030. Mientras tanto, el comercio electrónico transfronterizo está creciendo a un ritmo de 25% anual.

Entre los más usados están los pesticidas que tienen un impacto negativo en los polinizadores; el uso excesivo de fósforo y nitrógeno en la agricultura continúa contribuyendo a crear zonas muertas en el océano; y los productos químicos utilizados en los filtros solares ejercen presión sobre los ecosistemas de los arrecifes de coral.

Los estudios también indican que el vertido de algunos antimicrobianos, metales pesados y desinfectantes contribuyen a la resistencia a los antimicrobianos.


Los problemas en la producción

Aparte del desecho, en los procesos de producción siguen liberando emisiones considerables de sustancias químicas en el aire, el agua y el suelo, así como grandes cantidades de desechos, incluidos los desechos peligrosos.

En la fabricación de productos farmacéuticos, por ejemplo, se generan al menos 25 kilogramos (kg) de emisiones y desechos (y, a veces, más de 100 kg) por cada kg de producto, lo que pone de manifiesto la ineficiencia del uso de los recursos. También se emiten importantes cantidades de gases de efecto invernadero durante la fabricación de productos químicos.

Además, en los accidentes con productos químicos en instalaciones industriales se siguen liberando cantidades considerables de sustancias peligrosas. Asimismo, los productos con uso intensivo de productos químicos liberan sustancias químicas peligrosas: por ejemplo, se liberan microplásticos en el agua y ftalatos y pirorretardantes bromados en el aire de locales cerrados.

En un estudio reciente se sugiere que las liberaciones de productos químicos de los productos de consumo (por ejemplo, cosméticos y pinturas) se han convertido en la fuente principal de contaminantes orgánicos volátiles de fuentes petroquímicas en algunas ciudades industrializadas, advierte un documento oficial de la ONU.

Incluso, se detectan concentraciones de contaminantes químicos en algunas de las zonas más remotas e inesperadas del planeta. Por ejemplo, se han detectado altas concentraciones de PCB en animales a 10.000 metros de profundidad en sedimentos oceánicos y se han hallado ciertos plaguicidas organoclorados, que están reglamentados por el Convenio de Estocolmo, en los glaciares del Himalaya.
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