La Fundación MarViva realizó un estudio sobre el comercio internacional de la mercancía que entró y salió del país de 2005 a 2017. Hay discrepancias entre aduanas.
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Un estudio sobre el comercio internacional de productos y subproductos de tiburones y rayas se llevó a cabo para Colombia entre 2005 y 2017, analizando los códigos de clasificación arancelaria pertenecientes a estas mercancías en sus movimientos de entrada o salida del país.
La investigación contó con el apoyo de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), buscando “dar algunas luces de cómo se encuentra la salud de estas poblaciones explotadas”, comentó Jorge Jiménez, Director General de Fundación MarViva.
En cuanto a las importaciones colombianas para el periodo 2005-2017, en el estudio se identificaron siete modalidades: aceite, cartílago, cartílago de tiburón martillo, filete, tronco de tiburón, tronco de tiburón azul y tronco de tiburón martillo.
Los productos de mayor importancia fueron el filete (4.116.249 kg por un valor de US$5.230.932) y el tronco de tiburón (3.806.642 kg por un valor de US$4.067.720).
El caso del aceite de tiburón es interesante, pues este producto solo fue importado por Colombia, no hay reporte de Costa Rica y Panamá, otros dos países incluídos en el análisis. Este aceite provino exclusivamente de Islandia, ingresando por vía aérea a través del aeropuerto de Bogotá y fue utilizado exclusivamente por Laboratorios Chalver, con fines farmacéuticos.
El mayor proveedor de carne de tiburón fue Ecuador (5.114.752 kg por un valor de US$6.349.347), seguido de Panamá (2.438.259 kg por un valor de US$2.651.108).
El número de personas o empresas importadoras es de 45, siendo la más grande CI Comerpes, con 1.138 kg de carne de tiburón y valor de US$1.517.322.
Sin embargo, la importación de carne de tiburón mostró una tendencia decreciente durante el periodo de estudio, pasando de 1.847.875 kg en 2005 a 224.041 kg en 2017, lo cual representa una reducción del 87,88%.
Las cifras comerciales no concuerdan
De acuerdo con MarViva, durante dicho periodo, Colombia exportó un total de 317.974 kg de productos y subproductos de tiburón, por un valor de US$1.802.439. De estos, 278.354 kg correspondieron a carne de tiburón (con un valor de US$416.360) y su principal destino fue México (con 179.779 kg y un valor de US$267.818), seguido de Panamá, Singapur y El Salvador, con volúmenes y valores cercanos a los 25.000 kg y US$30.000 cada uno.
El estudio arrojó evidencias de la falta de manejo y controles para exportación de este recurso, empezando por el hecho de que las cuentas no cuadran, según directivos de MarViva.
Por ejemplo, las exportaciones declaradas por Colombia suman un total de 317.974 kg de productos y subproductos de tiburón, que van rumbo principalmente a México, seguido de Panamá, Singapur y El Salvador.
Sin embargo, las cifras no concuerdan, explica Erick Ross, coordinador general del estudio, que “al comparar los datos declarados por las empresas exportadoras en Colombia, con los datos declarados ante aduanas en los destinos Hong Kong, Taiwán y China, se evidencian fuertes discrepancias en los datos. La diferencia en volúmenes va de un 67% en el 2014 a un 88% en el 2015”.
Desde MarViva aclaran que, también habría falta de control en importaciones, porque si bien Japón presentó importaciones de tiburón provenientes de Colombia, ninguna de las empresas exportadoras registró ventas a dicho país. Tampoco fue posible determinar si el producto importado por Japón fue aleta o carne de tiburón, ya que el desglose de las partidas arancelarias no permite alcanzar tan importante como necesario nivel de detalle.
Para Manuel Velandia, Gerente de Ciencias de Fundación MarViva, “el presente estudio evidencia que hay deficiencias en el manejo y los controles para la importación y exportación de productos de tiburones y rayas, que podrían estar facilitando la comercialización internacional de especies en peligro de extinción, muchas de las cuales han sido incluidas en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés)”, tales como: los tiburones martillo, el tiburón punta blanca oceánico, el tiburón sedoso , los tiburones zorro y los tiburones mako.
Mercados vecinos
Durante el periodo 2012-2017, Costa Rica exportó un total de 7.767.733 kg de productos y subproductos de tiburón y raya, por un valor de US$36.179.513.
El principal mercado para la carne de tiburón costarricense fue México (5.345.007 kg por un valor de US$8.054.762), mientras que para ese mismo periodo Costa Rica exportó un total de 455.079 kg de aletas, con un valor de US$24.962.951, cuyo principal mercado fue Hong Kong.
Panamá por su parte reportó, durante el periodo 2009-2017, exportaciones de productos y subproductos de tiburón y raya por un total de 19.419.865 kg, con un valor de US$40.007.497. De estos, 18.672.904 kg fueron carne de tiburón y raya por un valor de US$33.091.424. El principal destino de la carne de tiburón panameña fue Estados Unidos.
En el caso de la aleta de tiburón, Panamá exportó un total de 654.667 kg, con un valor de US$6.589.732, siendo Taiwán el destino principal.
El estudio evidencia que, Costa Rica y Panamá son países exportadores netos, mientras que Colombia es mayoritariamente importadora.
Foto: MarViva
MarViva concluye que, la estructura arancelaria actual no brinda control sobre el comercio (importación y exportación), estadísticas, regulación y fiscalización sobre las mercancías, dentro de un sistema numérico conocido como el Sistema Armonizado de Designación y Codificación de Mercancías (SA). Es por ello que Marilyn Valverde Salas, merceóloga del estudio, recomienda que “los países trabajen de forma regional para desglosar los códigos arancelarios de las diferentes especies de tiburones y rayas, a fin de generar transparencia en el proceso de exportación, permitir una mejor trazabilidad en el comercio internacional de especies en peligro de extinción y reducir los riesgos de evasión fiscal”.
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